Caso Julieta Mena: estaba embarazada y su novio la mató a golpes para que no tuviera al bebé

"La reventó por dentro", aseguró la madre de la víctima. Se trató de uno de los femicidios más escalofriantes de la Argentina.

El femicidio de Julieta Mena fue uno de los crímenes más escalofriantes de la historia criminal argentina. Ocurrió el 11 de octubre de 2015, cuando su novio Marcos Mansilla la asesinó a golpes porque no quería que la joven tuviera al bebé que estaban esperando.

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Julieta tenía 22 años, vivía con Mansilla en una casa en Ramos Mejía. La muchacha estaba embarazada de dos meses y medio, aún no se lo contaba a la familia, pero estaba muy ilusionada con ser madre, él por su parte no quería ser padre y la discusión permanente de ambos era sobre abortar.

Todos esos detalles los supo la familia Mena, debido a que la Policía Científica olvidó llevarse el celular de la víctima fatal para peritarlo y quedó en manos de Marcela Morera, la mamá de Julieta, quien leyó conversaciones en las que descubrió que su hija esperaba un bebé y las intenciones de Mansilla.

Durante la madrugada del 11, tras volver del cumpleaños de la madre de Mansilla, Julieta fue asesinada a golpes en el baño de su casa, ubicada en Pasco al 200. Días después, la autopsia reveló que Julieta sufrió un salvaje ataque y que los golpes le habían provocado el estallido del hígado y los riñones. Así como también las marcas en sus antebrazos demostraron que trató de defenderse de su agresor, hasta último momento.

"Él quería que abortara y ella quería tener a su bebé", contó Marcela en un móvil a TN. "La reventó por dentro", remarcó con tristeza la mamá de Julieta.

Su novio, el único acusado

Tras toda una investigación, Mansilla quedó señalado como el único autor del femicidio. Cuando fue detenido negó haberla asesinado y en su declaración ante el fiscal de La Matanza, Carlos Arribas, declaró que había encontrado a Julieta ya muerta cuando llegó a su casa y que escapó porque se asustó.

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Mansilla se escapó después de matar a Julieta, pero no pudo llegar muy lejos. Su familia lo entregó y testificó en contra de él en el juicio. En 2017, el Tribunal Oral en lo Criminal 5 lo condenó a prisión perpetua por haber asesinado a su novia.

"La reventó por dentro"

La mamá de Julieta contó en una entrevista exclusiva con Todo Noticias, que cuando ocurrió el crimen su hija, la joven había conseguido trabajo en una pizzería de la zona y terminaba su horario cerca de la medianoche.

Para evitar que le sucediera algo, pensando en la inseguridad, la madre y su pareja, quien había sido como un padre para Julieta, la iban a buscar todas las noches. "Siempre pensando en los riesgos del afuera", señaló dando a entender que no sospechaban de que Mansilla fuera capaz de hacerle daño.

No obstante, la noche de la tragedia no fueron a buscarla porque Julieta iba a ir al cumpleaños de su suegra. Hablaron por teléfono con ella un rato antes de que saliera y se quedaron tranquilos porque Mansilla ya había pasado por para ir juntos a su casa. Esa fue la última vez que Mariana escuchó la voz de su hija.

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"La golpeó con saña en la panza y en los genitales", explicó su mamá. Para ella, al igual que para los peritos que participaron en el caso, los lugares en los que el femicida concentró su furia no fueron casuales, sino que dejaron en evidencia su intención de provocarle un aborto a su pareja. "Le pegó con unos zapatones con punta de acero", agregó.

"Mansilla vivía al lado de la casa de mi pareja", continuó Marcela, que se había separado del papá de Julieta poco después de que ella naciera y luego ensambló su familia con la de Mario, quien ya tenía dos hijas de su relación anterior. "Mi marido lo conoció a Mansilla desde que estaba en la panza de su madre", agregó.

Julieta se puso de novia con Mansilla en contra de la opinión de su familia, ya que el muchacho desde muy joven era adicto a las drogas, y a medida que fue pasando el tiempo el recelo inicial que sentían por esta relación se transformó en una auténtica preocupación porque demostró ser muy celoso.

"Ella quería seguir la carrera de Recursos Humanos y había hecho el ingreso a la facultad de La Matanza en tres oportunidades", apuntó Marcela quien agregó que ella no estudió por los celos que le daba a él.

"Lo que Julieta mayormente padeció fue violencia psicológica", aseguró su mamá, que agregó que una sola vez le vio un moretón en el brazo. "Le pregunté si él le había pegado y me dijo que se había golpeado con un picaporte", recordó sobre aquel momento. 

Las compañeras del trabajo de Julieta declararon en la misma línea durante el juicio y aseguraron que él era "muy controlador" y que "la volvía loca", cuando estaba en la pizzería.

"Quería que abortara"

Mansilla ya era papá de una nena cuando empezó a salir con Julieta, pero nunca se había hecho cargo de la criatura y la madre de Julieta siempre cargaba con ese miedo de que su hija quedara embarazada y él se borrara.

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"La policía por error nos dio el teléfono de July a nosotros en lugar de dárselo a la Fiscalía", contó Marcela. Los mensajes que encontraron en el aparato entre Julieta y Mansilla le dieron las respuestas que buscaba.

"Vimos mensajes en los que hablaban del embarazo", contó la mamá de Julieta, que después entregó ella misma el celular a la Justicia para que lo peritaran. "Él quería que se hiciera un aborto y ella no quería. Julieta era una piba de familia, soñaba con tener hijos", afirmó Marcela.

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