Trozó a su marido y en la cárcel se convirtió en estafadora: su historia inspiró un capítulo de Mujeres Asesinas

"Era mi vida o la de él", fue a lo que se limitó confesar María del Carmen Rombolá cuando la detuvieron por el crimen de su esposo, a quien mató a tiros en 2003.

En una casa ubicada en las afueras de la ciudad de Rosario, en la noche del 6 de agosto de 2003 María del Carmen Rombolá mató a balazos a su marido Adolfo Godoy. Después trozó el cuerpo y tras confesarse culpable la apodaron "La descuartizadora de Funes". En la cárcel se hizo estafadora y la serie televisiva Mujeres Asesinas recreó el caso.

El brutal asesinato de Avelino Maure: la historia de amor y traición que marcó a Guaymallén

Instantes después de asesinar a balazos a su pareja, Rombolá llamó a Andrés Pichotto, un hombre de 42 años con quien mantenía una relación extramatrimonial, para que la ayudara a deshacerse del cuerpo. Ambos descuartizaron a Godoy con serruchos, cinceles y hasta con una amoladora.

"Algún día me van a entender", aseguró María del Carmen mientras era esposada en los Tribunales, donde contó su versión de los hechos frente al juez de Instrucción Osvaldo Barbero. Después de reunir todas las pruebas en su contra, la Justicia la condenó a 12 años de prisión, sin saber que adentro del penal Rombolá dedicaría su tiempo en liderar una banda de estafadores que vendía autos robados en Buenos Aires.

Amor violento

Rombolá y Godoy se habían conocido a fines de los ?90 y vivieron juntos apenas un año. Sin embargo, la convivencia derivó en que terminaran de la peor manera. Es que Godoy quería a toda costa convertirse en padre y ella no quería saber nada, pero ese capricho volvió más insostenible la relación.

"El sábado a la noche yo había llegado un poco tarde. Adolfo estaba disgustado y empezó a insultarme. No le contesté para que no se pusiera nervioso. Entonces, me dijo: 'No se te ocurra dormir, porque te voy a matar dormida'", confesó Rombolá en una entrevista que le hizo Télam.

El caso Yoryi: cómo fue uno de los filicidios más escalofriantes de Mendoza

Aunque esa noche no hubo testigos, varios vecinos escucharon los disparos por lo que uno de ellos llamó a la policía. Cuando llegó un patrullero al lugar durante la madrugada vieron a la mujer salir de su casa con el amante.

Rombolá no aguantó la presión y confesó que había matado a Godoy, incluso antes de que se lo preguntaran. Lo que no dijo fue qué había hecho con el cuerpo.

La pesquisa pudo dar con que Godoy había sido trozado en 19 partes, las cuales estaban enterradas en la huerta del barrio Fonavi donde un año antes, cuando la pareja se mudó allí, Rombolá se había propuesto construir un horno de barro para los chicos que se rehabilitaban de distintas adicciones en ese lugar, según detalló TN.

El domingo 10 de agosto de ese año se festejaba el Día del Niño y la casa de Rombolá estaba llena de menores que habían llegado hasta ahí para pasar el día.

Justo ese día los investigadores recibieron la orden de allanamiento para destrozar la loza que estaba colocada como base del horno en construcción. Cuando rompieron, con los infantes presentes, los pesquisas hallaron 19 trozos pertenecientes al camionero que pesaba 120 kilos.

"Era mi vida o la de él", expresó con notable calma Rombolá cuando se la llevaban detenida. Lo mismo le declararía al juez Barbero horas más tarde.

Recién en 2006 elevaron la causa a juicio que como resultado la Justicia la condenó a 12 años de prisión, tras comprobar que sufría violencia de todo tipo por parte del marido. En cambio, el albañil Pichotto apenas recibió tres años sin cumplimiento efectivo por "encubrimiento".

María del Carmen fue trasladada al penal de mujeres donde demostró tener un bajo perfil, gracias a ello su buena conducta le permitió en 2008 acceder al beneficio de salidas transitorias por razones laborales.

El caso del femicida que mató a dos parejas en la cárcel: drama y una hija recién nacida

Pero fue entonces que la mujer una vez estaba bajo la lupa de los investigadores, porque la mujer aprovechó la libertad reducida para delinquir. Y exitosamente encabezó una banda que vendía en Rosario autos robados en Buenos Aires.

A causa de ello perdió la libertad condicional y en 2015, cuando le faltaban solo cinco meses para cumplir la condena por el asesinato de Godoy, la sentenciaron a seis años más por la causa de las estafas. Sin embargo, no se volvió a saber de ella.

Esta nota habla de: