Carrot Cake: receta fácil y rápida para un postre único
Lo que parecía una rareza hace unos años, cada vez va tomando más poder en el mundo de la pastelería. La carrot cake -o torta de zanahoria por su traducción al español- es una receta que no deja de sorprender, por un lado, por su inusual ingrediente principal; y por otro, por su espléndido sabor.
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La receta comenzó a popularizarse en los Estados Unidos, cuando en otros países se veía hasta como algo insólito, pero su sabor logró cautivar los corazones de todos los amantes de la pastelería y pronto se extendió a todos los países del mundo. La receta, sorprendentemente, es sumamente fácil y el resultado es, sin dudas, delicioso.
Lo que tenés que tener en cuenta para una carrot cake
Hay muchas maneras de darle marcha a la receta de la famosa carrot cake. La primera es aceptar que la zanahoria es un vegetal que no falla, por lo que tenemos que confiar en que nuestra torta será simplemente riquísima.
Teniendo eso en cuenta, hay tres variantes a la hora de encarar la receta. Una de ellas, es con zanahoria licuada; otra, con la zanahoria hervida y hecha puré; la última, con zanahoria rallada bien finita para aportar textura. Una vez que definamos qué método nos convence más, es hora de darle vida a nuestro manjar.
Ingredientes para una carrot cake perfecta
¾ de taza de azúcar (175g)
¾ de taza de aceite (175ml)
3 huevos
1 y ½ taza de harina leudante
1 taza apretadita de zanahorias (unas dos zanahorias medianas)
½ cucharadita de nuez moscada
1 cucharadita de bicarbonato de sodio
1 cucharadita de canela
Ralladura de medio limón
Para el glaseado
4 cucharadas de azúcar impalpable
6 cucharaditas de jugo de limón
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El paso a paso de la carrot cake
Precalentar el horno a 180°, enmantecar y enharinar un molde para torta.
Colocar en un bol los huevos con el azúcar y batir hasta que queden completamente unidos.
Agregar el aceite y seguir batiendo.
Incorporar la zanahoria y la ralladura de limón.
En otro recipiente, mezclar la harina con el bicarbonato de sodio, la canela y la nuez moscada.
Agregar los ingredientes secos a la mezcla húmeda y revolver bien hasta que los ingredientes queden unidos.
Llevamos nuestra mezcla al molde y lo metemos al horno por unos 45 minutos, o hasta que se vea dorada.
Para el glaseado, colocamos el azúcar impalpable y cuatro cucharaditas de jugo de limón en un recipiente y los revolvemos bien. Este último paso es clave, ya que al principio parecerá que falta líquido, pero solo es cuestión de seguir revolviendo para ver resultados asombrosos. La mezcla final debe quedar blanca y bien espesa.
Bañar la torta con el glaseado y ¡ualá! tenemos lista nuestra carrot cake.
Carrot cake con glaseado de queso crema, otra opción deliciosa
Para un glaseado de queso crema -o cream cheese frosting- necesitamos, como ingredientes principales, manteca, azúcar impalpable y, por su puesto, queso crema.
El primer paso para esta opción es batir la manteca con el queso crema durante tres o cuatro minutos. La primera debe estar bien blandita para que se acople bien con el queso, que debe estar a temperatura ambiente. Lo recomendable es usar una paleta para batir, ya que de esa forma no incorporará tanto aire.
Una vez que el queso y la manteca se hayan mezclado bien y hayan formado una crema aireada y blanquecina, agregamos el azúcar impalpable a la mezcla y continuamos batiendo, empezando con una velocidad suave para que el azúcar no vuele por todos lados y luego aumentándola paulatinamente. El segundo batido no debe durar más de uno o dos minutos. La textura final de nuestro glaseado de queso crema debe ser cremosa y tersa.
Si nuestra carrot cake ya está fría, podemos aplicar nuestro glaseado directamente en el bizcochuelo. En caso contrario, llevar el frosting al frío cubierto con plástico hasta el momento de usar.