La importancia de cultivar manzanilla en tu jardín y algunos consejos

El aroma, la belleza simple y las propiedades medicinales son algunas razones de importancia para cultivar manzanilla en tu jardín. Sigue estos consejos y disfrutá de todo su potencial.

Puedes disfrutar de una infusión de manzanilla tanto en invierno como en primavera, de hecho es muy recomendable incluirla en tu dieta diaria. Esta planta se la considera medicinal gracias a todas su propiedades para tratar afecciones como las náuseas, los dolores menstruales, algunos problemas en la piel e incluso el asma. La manzanilla es muy utilizada también en el mundo de la cosmética para hacer aceites, perfumes y por su beneficio para cabellos dañados. 

La manzanilla, también conocida con el nombre de camomila, es originaria de Europa Occidental. Pero, gracias a su increíble adaptación y resistencia, se puede cultivar sin problemas en algunos países de Latinoamérica, como Argentina, Chile o Ecuador, así como en Estados Unidos. La manzanilla romano, o camomila, es la que se recomienda cultivar para su consumo, existen otras variedades que se utilizan para el césped, pero éstas no producen flores para infusión. Es una planta que puede crecer hasta unos 40 centímetros de altura por lo que la convierte en una excelente especie para cultivar en maceta. La época de floración es durante el verano y sus flores son pequeñas, de color blanco y tienen un botón amarillo en el centro. 

Cultiva manzanilla en tu jardín con estos consejos y disfruta de sus propiedades 

Una de las razones de importancia para cultivar manzanilla en tu jardín es que podrás disfrutar de un producto orgánico todas las veces que lo desees. Pero para que esta planta medicinal crezca fuerte, sigue estos consejos. 

Puedes ir a la tienda de plantas más próxima a tu hogar y comprar una manzanilla ya lista para plantar en maceta o en tierra, o bien puedes optar por cultivar desde semilla. Si eliges sembrar las semillas, debes realizar un pequeño pozo en el sustrato, introducir la semilla y cubrirla completamente de tierra. Si la siembras en maceta, procura que tenga al menos 20 o 30 centímetros de profundidad. Luego, riégala suavemente, sin encharcar, durante dos semanas y comenzarás a ver sus brotes. 

En el caso de que ya tengas una planta de manzanilla, ten en cuenta que esta es una planta que prefiere el clima templado. Por lo que si la ubicas en el exterior, que sea en un lugar donde reciba la luz del sol y al mismo tiempo esté protegida para poder sobrevivir a las heladas en invierno. 

No te excedas con el riego. La manzanilla es una especie que se lleva mejor con los periodos de sequía más que con la humedad. Una buena idea es colocarla cerca de otras plantas que también requieran poca agua, como los cactus y suculentas, para que no te olvides que a la manzanilla se la riega poco. 

Por último, si bien la manzanilla no requiere de un sustrato muy enriquecido, puedes ayudarla echándole un poco de compost, humus de lombriz o bien estiércol. Esto hará que crezca con vigor. Pero evita la tierra arenosa o arcillosa.

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