La Rioja: un hombre murió luego de que le inyectaron penicilina en un hospital
Una denuncia por presunta mala praxis sacudió a la ciudad de Chilecito, en la provincia de La Rioja, luego de que un hombre falleciera tras recibir una inyección de penicilina, a pesar de ser alérgico a ese medicamento. La familia de la víctima exige justicia y una investigación profunda para esclarecer el hecho.
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El episodio ocurrió durante la tarde-noche del miércoles en el Hospital Eleazar Herrera Motta. Según la denuncia de los familiares, el paciente -mayor de edad y cuya identidad fue confirmada como Aguirre- murió poco después de ser medicado con penicilina. La hija del hombre, Johana, aseguró: "Vamos a seguir hasta el último, porque la muerte de mi papá no puede quedar así".
El hecho generó una inmediata reacción judicial. La policía notificó al juez Alberto Carrizo, quien dispuso la intervención del Juzgado de Instrucción N.º 1 y del fiscal Diego Torres Pagnusat. Entre las primeras medidas adoptadas, se ordenó la realización de una autopsia y el secuestro de la historia clínica completa del paciente. Además, se tomó una muestra de sangre para profundizar los estudios toxicológicos.
El fiscal Pagnusat confirmó que se están reuniendo elementos para esclarecer lo ocurrido. "Todo apunta a recabar datos probatorios que permitan determinar qué fue lo que ocurrió", expresó el funcionario judicial.
El testimonio de la familia agravó la denuncia. "Mi papá parecía un perro envenenado, lo que ellos hicieron fue muy cruel. Verlo con esa cara de miedo y que actuaran tan descorazonadamente no tiene perdón", relató Johana, visiblemente conmocionada, al referirse al momento en que presenció el deterioro de su padre.
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Hasta el momento, las autoridades del hospital no han emitido un comunicado oficial. Sin embargo, fuentes cercanas a la investigación señalaron que se están revisando los protocolos médicos y las responsabilidades del personal interviniente.
La causa avanza con la atención puesta en determinar si hubo negligencia en la administración del medicamento y si el cuadro alérgico del paciente estaba debidamente registrado en su historia clínica. El caso reabre el debate sobre los controles hospitalarios y la responsabilidad profesional en situaciones de riesgo.
