López Obrador resiste la presión de quienes exigen una “guerra” contra los narcos

La política gubernamental de combate contra las grandes bandas delictivas quedó una vez más en el centro de las polémicas después de una matanza de los nueve miembros de una familia mormona.


El
presidente de México, Andrés López Obrador, desalentó ayer a quienes, desde el
exterior y el ámbito doméstico, lo impulsan a declarar una guerra abierta
contra el crimen organizado, que hundió al país en el estupor por la crueldad
de sus últimas operaciones y matanzas.





La
política gubernamental de seguridad y combate contra las grandes bandas
delictivas en México quedó una vez más en el centro de las polémicas después de
una matanza de los nueve miembros de una familia mormona de origen
estadounidense, entre ellos seis niños, en el norte del país.





Esa
masacre fue la última de cuatro perpetradas en las últimas tres semanas en
distintos puntos del país, con un resultado de 39 muertos, incluidos 13
policías, lo que intensificó las críticas contra la postura del gobierno, con
blanco en el ministro de Seguridad Pública, Alfonso Durazo.





La matanza llevó al
presidente Donald Trump a ofrecer ayuda militar a  López Obrador para combatir a los carteles de
la droga, una propuesta que el mexicano agradeció pero rechazó con amplios
argumentos.