Salud mental en adolescentes: qué es cierto y qué no

La búsqueda de la identidad, la formación del ser y la exposición a situaciones adversas, como así también la presión social, deja una cifra llamativa: 1 de cada 7 adolescentes sufre de trastornos mentales.

La adolescencia es una etapa de muchas emociones mezcladas. El descubrimiento del mundo, del ser, de lo prohibido y lo debido, marcado en un contexto de cambios físicos y hormonales propios de dejar de ser niño y empezar el proceso a la vida adulta.

Bajo este panorama, factores como la pobreza, el maltrato y la violencia influyen en la probabilidad de que aumente la vulnerabilidad a los problemas de salud mental entre los adolescentes. Es por eso que es fundamental protegerlos de las adversidades y promover su bienestar psicológico es fundamental para velar por su salud durante esa difícil etapa.

En este artículo, te dejamos todo lo que tenés que saber sobre los trastornos mentales en la etapa adolescente.

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¿Por qué se habla de salud mental en la adolescencia?

En los últimos años se ha reivindicado la importancia de la salud mental en todas las personas, pero principalmente en los adolescentes, uno de los sectores más vulnerables si hablamos de padecimientos mentales.

Debido a causas como la exposición a situaciones adversas; la presión social y la exploración de la propia identidad y carácter, los jóvenes quedan en una posición de extrema vulnerabilidad ante la vorágine de cambios en su vida, y si estas cuestiones no se abordan de la manera correcta, pueden generar problemas a largo plazo.

Al ya complicado panorama para los más jóvenes, se le suma la presencia imperiosa de las redes sociales y los medios de comunicación, donde se muestran vidas irreales u opiniones de ideas cuestionables, lo que aumenta la disparidad entre la realidad que viven y sus expectativas a futuro.

Además, podemos nombrar también al ambiente del hogar, traumas de la infancia y la relación con los compañeros dentro de la escuela como otros factores que pueden desencadenar algún problema de salud mental.

Es por eso que, en primer lugar, esta etapa de vida es fundamental para desarrollar patrones de bienestar emocional, como el sueño saludable, el ejercicio regular, la capacidad para enfrentar problemas y resolverlos sin inconvenientes, las aptitudes interpersonales y la gestión de las emociones.

Por otro lado, abordar los problemas de salud mental en la adolescencia puede ser útil para prevenir apariciones de trastornos mentales crónicos y dotar a los adolescentes de herramientas para hacer frente a las dificultades y contrarrestar el estigma que suele rodear a las enfermedades mentales. Esto hará que los jóvenes sientan seguridad a la hora de buscar ayuda profesional.

Tipo de trastornos y conductas comunes en adolescentes

Entre los adolescentes podemos encontrar varios topos de trastornos o conductas, los cuales varían según el contexto social, económico y familiar que transita cada menor en particular. Algunos de los más comunes son los siguientes:

Trastornos emocionales

  • Trastorno de ansiedad: puede manifestarse como crisis de angustia o exceso de preocupación y se presenta generalmente en los adolescentes de mayor edad. Según la Organización Mundial de la salud, el 4,4% de los adolescentes de 10 a 14 años y el 5,5% de los de 15 a 19 años sufre un trastorno de ansiedad.

  • Depresión: este tipo de trastorno suele compartir algunos síntomas muy característicos con la ansiedad, como los cambios repentinos e inesperados de estado de ánimo, lo que afecta significativamente al rendimiento académico. Además, puede llevar al retraimiento social e, incluso, al suicidio.


Trastornos del comportamiento

A diferencia de los trastornos emocionales, los de comportamiento son más frecuentes en la primera etapa de la adolescencia que aquellos que están cercanos a la mayoría de edad. Según la OMS, el 3,1% de los adolescentes de entre 10 a 14 años y el 2,4% de los de entre 15 a 19 años tienen un trastorno de comportamiento, entre las que se encuentran:

Trastorno por déficit de atención e hiperactividad: se caracteriza por la dificultad de mantener la atención, exceso de actividad y conductas impulsivas.
Trastorno de comportamiento disocial: se caracteriza por conductas destructivas o desafiantes y afecta principalmente a los adolescentes de entre 10 a 14 años. Como consecuencia de esta afección, el joven puede bajar el nivel académico e, incluso, incurrir en actos delictivos.


Trastornos de la conducta alimentaria

Estos trastornos son propios de la etapa de la adolescencia y afectan a un 0,1% de los jóvenes de 10 a 14 años y a un 0,4% de los de 15 a 19 años y es más frecuentes en mujeres que en varones. Los más frecuentes son dos que, generalmente, aparecen juntos:

Bulimia y anorexia: Se trata de dos trastornos caracterizados por conductas alimentarias anormales y preocupación no natural por la apariencia, la figura corporal y el peso. Los jóvenes que presentan estos trastornos ven dañada su salud y, generalmente, también desarrollan depresión y ansiedad, como así también problemas con el consumo de sustancias. La anorexia nerviosa, inclusive, puede llevar a la muerte prematura o al suicidio.

Psicosis

Los trastornos psicóticos suelen aparecer en la última etapa de la adolescencia y causa síntomas como alucinaciones y delirios. Este trastorno puede afectar gravemente la capacidad para realizar tareas cotidianas. En el peor de los casos, lleva a conductas que violan los derechos humanos.


Suicidio y conductas autolesivas

Según datos oficiales, el suicidio es la tercera causa de muerte entre adolescentes mayores y adultos jóvenes y sus factores de riesgo son diversos, entre los que están:

El consumo de alcohol
Maltrato en la infancia
El estigma a la hora de buscar ayuda
Las costumbres sociales y las redes

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Manifestaciones de problemas de salud mental

Entre los principales indicadores de que algo está mal en la salud mental de un adolescente están los siguientes:

  • Aparición de fatiga, insomnio, pesadillas, dolores de espalda, cabeza, abdominales y problemas dermatológicos.

  • Se muestran nerviosos, deprimidos, con ganas de llorar, aburridos, con ideas suicidas, irritables, solos, o con problemas académicos.

  • Presentan sobrepeso, o están muy delgados; manifiestan dudas sobre su identidad sexual.

  • Se autolesionan, presentan trastornos de alimentación, consumo, conductas de riesgo, transgresiones graves o conductas delictivas.

Cuáles son los principales factores de riesgo

Los factores de riesgo que pueden desencadenar algún trastorno de salud mental son muy variados, y pueden desarrollarse dentro de su entorno familiar o social. No obstante, poder reconocerlos facilita la comprensión profunda de qué es lo que hay detrás de algún comportamiento poco natural y puede ser útil para tomar medidas preventivas y de apoyo.

Intervenir a tiempo puede hacer que los factores de riesgo se mantengan bajo control y mitigar el impacto que puedan tener en la salud mental de los adolescentes. Para esto es importante desestigmatizar los trastornos de salud mental y familiarizarse con ellos para tener las herramientas necesarias. Algunos de los factores más determinantes son los siguientes:

Factores familiares y sociales

Uno de los principales factores de riesgo para la salud mental de los adolescentes es el entorno familiar y las dificultades que pueda enfrentar en el seno del mismo, principalmente en casos de abuso, negligencia, conflictos constantes y situaciones de estrés crónico. Estos factores podrían desencadenar emociones intensas de tristeza, ansiedad o ira. Estos problemas pueden agravarse cuando se le suma la falta de diálogo en la familia.

Pero esto no solo se aplica para las relaciones familiares, sino que se extiende de forma general a todas las relaciones sociales. La presión social negativa también puede derivar en conductas perjudiciales y afectar el bienestar emocional del adolescente.


Experiencias traumáticas

Las experiencias traumáticas son uno de los factores más influyentes cuando de trastornos mentales hablamos. Dentro de ellas se incluye una gama amplia de eventos que perjudican la salud mental de los jóvenes y pueden ir desde traumas individuales -como la pérdida de un ser querido- hasta traumas colectivos -como una catástrofe natural-.

Los adolescentes que pasaron por eventos traumáticos pueden sentirse desorientados y emocionalmente abrumados. También pueden experimentar cambios en el comportamiento, bajo rendimiento académico o dificultad para relacionarse con otras personas.

Aislamiento social y problemas de comunicación

Los adolescentes que tienen problemas de aislamiento social pueden desarrollar sentimientos de soledad, depresión y ansiedad, como así también dificultad en el desarrollo cognitivo.

Estos problemas se agravan cuando los adolescentes tienen dificultades para comunicarse dentro de su seno familiar y social, ya que pueden sentir que nadie los entiende. Cuando no hay un espacio seguro para compartir sus problemas, el ciclo de aislamiento se puede prolongar.

Señales de que tu adolescente puede estar teniendo dificultad con su salud mental

Los trastornos mentales en los adolescentes son cada vez más comunes con el pasar de los años, y ha quedado demostrado en diferentes estudios. Pero ¿cómo saber si un adolescente está pasando por un problema que requiera atención profesional? estos son algunos indicadores que podrían ayudarte a descubrirlo:

  • Cambio notable en el sueño, el peso, los hábitos alimenticios u otro factor cotidiano.

  • Pérdida de interés en cosas que habitualmente disfruta o abandono de actividades que le apasionen.

  • Mayor retraimiento del habitual.

  • Cancelación de planes con sus amigos más cercanos sin ninguna explicación.

  • Dificultades académicas más marcadas.

  • Pensamientos o preocupaciones que no lo dejan en paz.

  • Un grupo de amigos completamente nuevo que nadie conocía.

  • Negarse a hablar de lo que le molesta.

  • Obsesión con un objetivo determinado, al nivel de pensar que su vida o felicidad depende de su realización.

  • Señales de autolesiones.

  • Actividad o interés sexual que parece nuevo o más intenso que antes.

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