Qué es la sopa paraguaya y cómo hacerla
Contrario a lo que uno esperaría por el nombre, la sopa paraguaya no se sirve en plato hondo. Más bien, en uno de postre o cualquiera que sea playo. Es que no es más que una torta salada, suavecita y hecha con harina de maíz (polenta), huevos, queso, cebolla y leche. Normalmente se hornea hasta que quede consistente, pero sin secarse del todo.
Es uno de los platos que más representan a la cocina de Paraguay, como lo indica su nombre, es clave en su cultura y casi siempre presente cuando la familia se junta, en fiestas patrias o en los almuerzos del domingo.
Y hablando de eso, ¿por qué le dicen "sopa" si no se toma con cuchara?
La historia del nombre es bastante peculiar. Antes, en la época de la colonia, las cocineras guaraníes hacían una sopa bien espesa con maíz y queso. Cuenta la leyenda que, un día, se les fue la mano con la harina de maíz, y la mezcla quedó tan densa que ya no se podía servir como sopa. Para no tirarla, se les ocurrió hornearla, y resultó ser tan rica que la siguieron preparando... ¡y el nombre se quedó!
Así que, aunque no sea una sopa de verdad, la sopa paraguaya lleva ese nombre en honor a sus orígenes y a la tradición.
¿En qué lugares se puede probar la sopa paraguaya?
Sobre todo en Paraguay, donde es un símbolo patrio con todas las letras. Pero también se ha hecho famosa en partes del noreste de Argentina (sobre todo en Corrientes, Formosa y Misiones) y en algunas zonas del sur de Brasil. Es fácil encontrarla en puestos de comida, restaurantes de cocina típica y fiestas tradicionales. Si vas a las Cataratas del Iguazú podés probarla sin drama.
¿Cuál es el secreto de su sabor?
La sopa paraguaya gusta por su sabor que te abraza, una combinación sencilla pero deliciosa. El maíz le da un toque dulzón y una textura única, el queso la hace más intensa y sabrosa, y la cebolla cocida le da un aroma que enamora. Encima, es un plato que va con todo: se come caliente o fría, como plato principal, como acompañamiento o hasta como parte de un picoteo. Receta tradicional de sopa paraguaya
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Ingredientes (para 6 a 8 porciones)
• 500 g de harina de maíz (de grano fino, no instantánea)
• 4 huevos
• 500 g de queso paraguayo (o un queso fresco, tipo cuartirolo o mozzarella firme)
• 2 cebollas grandes, cortadas en pluma
• 500 ml de leche
• 200 ml de crema de leche o nata (opcional, para mayor cremosidad)
• 100 g de manteca o grasa de cerdo
• 1 cucharada de sal
• Pimienta al gusto
Opcional:
• 1 cucharadita de polvo de hornear (para una textura más aireada)
• Un poco de perejil picado para decorar
• Ají molido o comino (si querés darle un toque especiado)
Receta sopa paraguaya paso a paso
1. Preparar las cebollas
En una sartén amplia, fundir la mantequilla y sofritar las cebollas a fuego medio, revolviendo hasta que se vean tiernas y translúcidas (aproximadamente 10 minutos). Evitar que se doren; la idea es que se ablanden.
2. Sumar leche y crema
Vaciar la leche y, si se prefiere, la crema sobre las cebollas aún calientes. Retirar del fuego y dejar que se temple un poco la mezcla.
3. Hora de los huevos
En un recipiente grande, batir enérgicamente los huevos junto con sal y pimienta. Incorporar esta preparación al recipiente con la leche y la cebolla ya tibia.
4. Sumar la harina de maíz
Espolvorear la harina de maíz gradualmente, mezclando sin parar para que no se formen grumos. La idea es lograr una mezcla espesa, suave pero no seca. Si está muy densa, agregar un toque de leche extra.
5. Agregar el queso
Trocear el queso en cubos pequeños o desmenuzarlo y sumarlo a la preparación. Revolver con cuidado para que se reparta de forma homogénea.
6. Al Horno
Volcar la mezcla en una fuente rectangular untada con mantequilla con anterioridad. Debe tener unos 3 a 4 cm de alto. Cocinar en horno precalentado a 180°C durante unos 40 a 50 minutos, o hasta que al pinchar con un cuchillo este salga seco y la parte de arriba esté dorada.
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1. Servir y disfrutar
Dejar enfriar un poco antes de cortar en porciones. Se puede comer tibia o fría.
Una opción moderna: sopa paraguaya con espinaca y queso azul
Para una versión renovada y gourmet de este clásico, podés probar esta opción:
• Agregá 1 taza de espinaca cocida y picada finamente a la mezcla antes de hornear.
• Reemplazá parte del queso por queso azul o roquefort para un sabor más intenso.
• Sumá nueces picadas para un toque crocante y sofisticado.