La mendocina Griselda Sánchez terminó detenida tras irse a las piñas con Mayra Arena

La ex Gran Hermano protagonizó una violenta pelea con la consultora política en una conocida pizzería de Buenos Aires.

Una fuerte pelea en una pizzería del barrio porteño de Chacarita terminó con la detención de la mendocina Griselda Sánchez, ex participante de Gran Hermano, luego de protagonizar un enfrentamiento con la influencer y consultora política Mayra Arena. El episodio, que incluyó agresiones físicas, insultos y la intervención de la policía, fue revelado anoche en el programa LAM por la nueva panelista Luciana Elbusto.

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El hecho ocurrió en el local gastronómico La Farola, ubicado en la esquina de Avenida Corrientes y Dorrego. Según el informe policial, Sánchez se encontraba merendando junto al director de cine José María Cicala cuando Arena ingresó al establecimiento acompañada de su hermana Marisol. La influencer comenzó a grabar contenido político, lo que provocó el enojo de Sánchez.

Testigos aseguran que la ex hermanita reaccionó de manera desmedida, arrojando los teléfonos celulares de las hermanas Arena al suelo y gritándole a Mayra que era una "acomodada política". Lejos de calmarse, el conflicto escaló con insultos y empujones, y terminó involucrando a Cicala, quien se enfrentó verbalmente con un empleado del local.

En imágenes difundidas por LAM, se observa cómo Sánchez intenta agredir físicamente a un pizzero, mientras continúa la disputa verbal con Arena. La situación obligó a los dueños del lugar a llamar a la policía. Cuando los efectivos arribaron al sitio, Sánchez se mostró alterada y fue finalmente detenida.

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Las hermanas Arena fueron asistidas por personal del SAME por traumatismos en sus brazos, mientras que Griselda Sánchez fue atendida por un trauma facial y una lesión en el dedo anular izquierdo.

Desde el entorno de la influencer política repudiaron la agresión y anticiparon que evalúan acciones legales. El incidente provocó una fuerte repercusión en redes sociales, donde usuarios se dividieron entre quienes cuestionan la reacción violenta de Sánchez y quienes critican la exposición pública de contenidos políticos en espacios privados.

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