Benjamín tenía 4 años cuando un hombre lo colgó vivo de un puente para "vengarse"

Ocurrió en 2019 en Tucumán y por el aberrante suceso condenaron a un conocido de la familia. A pesar de que el asesino nunca confesó, las pruebas lo delataron y fue condenado.

Benjamín Amaya tenía apenas 4 años, cuando en la tarde del 8 de agosto de 2019 un conocido de la familia se lo llevó de su casa en la localidad tucumana El Colmenar, bajo una mentira. Tras horas de búsqueda, finalmente lo encontraron colgado desde un puente, a pocas cuadras.

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La pesquisa que llevó adelante la causa barajó muchas hipótesis al respecto. Hasta se habló de un suicidio, pero esa posibilidad se deshizo muy rápido luego de que la psicóloga Silvia Morales, perito del Poder Judicial tucumano, asegurara: "A esa edad, un niño ni siquiera concibe la muerte, así que entendemos que hubo un homicidio".

Sin embargo, a medida que fueron apareciendo pruebas claves y testimonios, todo terminó apuntando a que el asesino fue Claudio Argañaraz, más conocido como "Cococho".

Se trata del hermano del hombre que es pareja de la abuela materna del nene. Según la reconstrucción que hizo el Ministerio Público Fiscal, Argañaraz asesinó a la criatura para vengarse del desdén que sufría por el amor no correspondido que sentía por Milagros Avellaneda, la madre de Benjamín.

El detenido y único acusado nunca confesó, pero las evidencias reunidas por los investigadores fueron suficientes para probar que era culpable y condenarlo a prisión.

Secuencia del horror

El asesino se aprovechó de la confianza que tenía Benjamín y lo sacó de su casa alrededor de las 15. Sin importar que era de día y que muchos vecinos del barrio lo iban a reconocer, "Cococha" le mintió al niño y se lo llevó. Esa tarde, el menor estaba a cargo de su abuela materna, cuñada de Argañaraz y a pesar de todas las personas que allí vivían, nadie los vio salir.

Argañaraz llevó a la criatura a la zona debajo del puente que cruza la autopista de Circunvalación y el Canal Norte en la ciudad de San Miguel de Tucumán, tomó un cable y lo colgó del cuello. Luego se fue. En paralelo todos los vecinos buscaban desesperado en el barrio al pequeño de 4 años.

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El informe forense reveló que Benjamín estaba vivo cuando fue colgado y que murió por asfixia. Además, reveló que el nene tenía algunas heridas superficiales en sus manos y en la cara, compatibles con lo que se conoce como lesiones defensivas, que se producen cuando una persona se resiste a ser atacada. Mientras que descartaron un ataque sexual o signos de abuso sexual en el cuerpito.

Condenado

Una vecina del barrio aseguró haber visto a un hombre que llevaba a un niño en brazos y que, según dijo en su testimonio, el nene lloraba como si quisiera escaparse. La testigo, que no era conocida de los Amaya ni familiar, describió al detalle la fisonomía del sospechoso y la ropa que llevaba puesta, según detalló TN.

César Barrionuevo, el abogado que representó a la familia de la víctima, precisó además que esa vecina salió de su casa para ir a una escuela y se encontró frente a frente a la víctima y al agresor, mientras bajaba el puente.

Sin embargo, la prueba que fue determinante a la hora de incriminar a Argañaraz fue un cable secuestrado por los investigadores durante un allanamiento en su casa.

Lo que le alcanzó al juez para dictar la sentencia fue el porcentaje de compatibilidad que se detectó entre las manchas de pintura que estaban en el cable encontrado con el cuerpo de la víctima y el cable coaxil y el tacho de pintura secuestrados en la casa de "Cococha".

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