Quien era Diego, el joven cuyos restos estaban enterrados en la casa de Cerati
El enigma en torno al cuerpo enterrado en la casa que alguna vez ocupó el músico Gustavo Cerati en el barrio porteño de Villa del Parque comenzó a esclarecerse. Las pericias confirmaron que se trataba de Diego Benigno, un adolescente de 16 años desaparecido el 26 de julio de 1984, cuyo caso fue archivado durante décadas como una simple "fuga de hogar".
Identificaron al joven que fue enterrado al lado de una casa donde vivió Gustavo Cerati
El descubrimiento ocurrió de forma accidental, tras una demolición lindera que dejó al descubierto los restos. Junto al esqueleto, hallaron objetos clave: un corbatín azul del uniforme de la ENET N.º 36, un llavero naranja, un colgante con una moneda de 5 yenes y un reloj calculadora Casio de 1982. Detalles que permitieron a su familia reconocerlo después de 40 años de búsqueda.
Diego había salido de su casa tras el almuerzo, con la intención de visitar a un amigo. Su madre le dio dinero para el colectivo. Fue visto por última vez en Náon y Monroe, a pocas cuadras de su hogar. Cuando sus padres acudieron a la Comisaría 39 de Belgrano para denunciar la desaparición, los oficiales minimizaron el hecho: "Ya va a volver, seguro se fue con una mina", les dijeron.
La Policía nunca investigó seriamente. El caso fue etiquetado desde el inicio como una fuga voluntaria, lo que generó frustración en la familia. En una entrevista publicada en 1986 por la revista ¡Esto!, Juan Benigno, padre del joven, se quejaba: "Me negué a que lo caratulen como fuga de hogar, pero como si nada. ¿Qué quieren que investiguen si ya dan por sentado que se fue, y no que me lo robaron?".
El padre murió en un accidente de tránsito sin saber el destino de su hijo. Su esposa, aún con vida, fue notificada recientemente de la confirmación de identidad, gracias a los hermanos de Diego. De hecho, uno de sus sobrinos ató cabos cuando la noticia del cadáver en la casa de Cerati se volvió viral. Supuso que ese "hombre menudo" podía ser su tío, y no se equivocó.
Se conocieron los espeluznantes datos de la autopsia del cadáver de la casa de Cerati
La casa ubicada en Congreso 3742 fue habitada en 1984 por una familia de apellido Graf, compuesta por una madre y dos hijos. Cerati se mudó allí casi dos décadas después, sin conocimiento del pasado oscuro de la propiedad. El fiscal Martín López Perrando, a cargo de la causa, planea citarlos a declarar, a pesar de que el posible crimen prescribió por el tiempo transcurrido.
Aún sin posibilidad de condena penal, la Justicia busca determinar quiénes vivían allí y qué sucedió con Diego, en un intento por reconstruir una verdad que la burocracia, el desinterés policial y el paso del tiempo enterraron junto a su cuerpo. La hipótesis de la familia sobre una secta nunca fue investigada a fondo.
