Los hijos del kiosquero asesinado en Ramos Mejía reabrieron el comercio

"Hay que comer, hay que hacer plata, sólo por eso", dijeron compungidos.

Los hijos de Roberto Sabo, el kiosquero que fue asesinado a tiros en Ramos Mejía, reabrieron el comercio y uno de ellos contó que muchas de las personas que entraron al local lo hicieron para saludarlos y abrazarlos, a la vez que dijo que "esa es una muestra" de lo que era su padre.

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"Fue feo tener que reabrir, pero vinimos, habrán entrado veinte personas y compraron tres. Todos vinieron a saludar, a abrazar y dentro de todo lo malo eso es lindo. Entran, abrazan, saludan y es una muestra de lo que era papá", señaló Nicolás Sabo.

Al ser consultado acerca de por qué tomaron la decisión de abrir el drugstore "Pato", situado en Avenida de Mayo al 800, en pleno centro de la citada localidad del partido de La Matanza, respondió: "Hay que comer, hay que hacer plata, sólo por eso".

"Sé que ni mis abuelos ni mis mamás están cómodas con la situación porque no van a estar tranquilos nunca después de lo que pasó porque puede pasar tranquilamente de nuevo, pero es un parche mientras terminamos de estudiar o de encontrar otra cosa", dijo.

Asimismo Nicolás agregó: "La idea es no seguir y vender el fondo de comercio. Es un lugar en el que se labura bien, con el que tanto nos dio con eso papá, pero ¿A qué costo?".

"Hay momentos que estamos saturados de todo, caemos en la cuenta de todo lo que hacía y se encargaba papá. Se necesitan ratos solo o acompañado, pero en privado donde bajas veinte mil cambios y caés en la cuenta de lo que pasó", expresó.



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