El detalle clave que podría modificar por completo el fallo contra los rugbiers asesinos

A un año del comienzo del juicio, los asesinos del joven aún no tienen firme las condenas y las especulaciones sobre el fallo, son innumerables.

El pasado 2 de enero de 2023 marcó el inicio de un juicio trascendental en el caso del asesinato de Fernando Báez Sosa, el joven de 18 años que perdió la vida en Villa Gesell. Ocho rugbiers, acusados del crimen, comparecieron ante el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 1 de Dolores, generando una gran expectación en la sociedad.

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Después de tres años de espera, los padres de Fernando tuvieron la oportunidad de enfrentarse a los jóvenes imputados en la sala del tribunal a lo largo de tres intensas semanas de audiencias. No obstante, casi 11 meses después de la sentencia inicial, las condenas a los rugbiers no han sido ratificadas.

Tras el fallo, tanto la fiscalía como la querella y la defensa presentaron apelaciones, generando un nuevo capítulo de incertidumbre en este caso que ha conmocionado a la opinión pública. Los abogados de Silvino Báez y Graciela Sosa solicitaron la modificación de las penas de tres rugbiers condenados a 15 años de prisión, proponiendo en su lugar la pena perpetua.

Hugo Tomei, abogado defensor de los rugbiers, argumentó que las condenas deberían ser revisadas, proponiendo que los acusados de "homicidio en riña" deberían recibir penas de prisión perpetua, mientras que los condenados como "partícipes secundarios" deberían ser absueltos.

Ante este escenario, Facundo Améndola, uno de los abogados de los padres de Fernando, explicó a TN que aún no se resolvió la apelación en Casación y no hay una fecha prevista para ello. Además, señaló que, aunque Casación resuelva, habrá nuevas vías para continuar apelando por ambas partes.

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Améndola destacó que existen otras instancias judiciales disponibles para apelar, incluida la posibilidad de recurrir a la Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires y, en última instancia, a la Corte Suprema de la Justicia de la Nación.

En este contexto, subrayó que la búsqueda de una condena firme podría llevar de 4 a 5 años más, prolongando la angustia y la incertidumbre.

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