Después de la primera semana de gestión, cómo mide la imagen de Javier Milei

En casi siete días en los que hubo fuertes cambios en la economía, el sondeo de opinión pública dio su veredicto respecto de la imagen positiva del Presidente.

En una semana marcada por la rápida implementación del plan económico de Javier Milei, centrado en un dólar alto, reducción del gasto público y liberalización de los mercados, una encuesta de Federico Aurelio (Aresco) busca arrojar luz sobre la reacción de la sociedad ante estas medidas audaces y su repercusión en la imagen del presidente.

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La encuesta, realizada en todo el país entre 4.000 participantes, revela un aumento significativo en la imagen positiva de Milei tras los primeros días de su presidencia. Su imagen favorable y regular positiva alcanza el 61%, mientras que la negativa y regular negativa se sitúa en el 31,5%. Este aumento sugiere que el respaldo a Milei se consolida, especialmente entre votantes de Juntos por el Cambio y seguidores de Juan Schiaretti.

En su primera semana como presidente, Javier Milei aumentó su imagen positiva. 

Analizando los detalles, aproximadamente el 53% de la población tiene una percepción muy buena o buena de Milei. Este respaldo podría indicar una consolidación del "voto prestado" obtenido en las elecciones. Sin embargo, existe un 20% que se mantiene en una posición intermedia, oscilando entre el apoyo crítico y el rechazo moderado. Además, se detecta un 19,5% de anti Milei, posiblemente conformado por partidarios del kirchnerismo y la izquierda.

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La encuesta también se enfoca en evaluar la reacción de la sociedad ante las primeras medidas económicas implementadas por el gobierno, incluyendo recortes significativos en la burocracia estatal. 

Según Federico Aurelio, la población muestra un respaldo claro a Milei, considerándolo capaz de mejorar la situación económica del país. Sin embargo, existe un dilema crucial: alrededor del 60% de los hogares afirma no estar en condiciones de reducir gastos, sugiriendo preocupaciones sobre el impacto en el bolsillo de las medidas de ajuste.

Un tercio de la población se muestra dispuesto a aceptar ajustes personales y respalda la necesidad de cambios, mientras que otro tercio está en desacuerdo con las modificaciones y se opone a cualquier afectación a su calidad de vida. El último tercio, crucial para determinar el apoyo mayoritario, considera necesario el cambio pero aboga por una implementación gradual de las medidas para minimizar el impacto en su bienestar.

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