Verano ardiente: pronostican tres meses con mucho calor y lluvias

Según el Servicio Metereológico Nacional, Cuyo y el oeste argentino sentirán con fuerza el cambio climático con temperaturas superiores al año pasado.


El verano decidió adelantarse este año y según los pronósticos oficiales se espera para los meses de noviembre, diciembre y enero, temperaturas superiores a la temporada 2016-2017.


También se estima un aumento considerable de la humedad y precipitaciones en todo el NOA y Cuyo, a diferencia de lo que ocurrirá en las zonas pampeana y patagónica, que sufrirán el efecto contrario. Por este motivo habrá que extremar precauciones para evitar el golpe de calor, sobre todo en niños y ancianos.


De acuerdo al informe trimestral del Servicio Meteorológico Nacional, el calor y la humedad se sentirán con mayor fuerza que en otras primaveras, a la vez que continuarán las nevadas en Alta Montaña. Esto confirma que no es casualidad la ola de calor que se registra en Mendoza desde la noche del sábado y que, según la Dirección de Agricultura y Contingencias Climáticas, continuará hasta el jueves, cuando la temperatura empiece a bajar levemente como resultado de un frente frío.


No obstante el alivio circunstancial, no será una temporada fácil para gran parte del territorio argentino, ya que se estima que alrededor del 80% del territorio nacional tiene entre un 40% y 50% de probabilidades de sufrir temperaturas más elevadas que las ocurridas durante la misma época de los años anteriores. Salvo por Catamarca y el sur de La Pampa, donde el ascenso será menos marcado.


En materia de precipitaciones el panorama no es más alentador. Ya que se espera una caída de las precipitaciones en las zonas centrales de Córdoba, Buenos Aires, La Pampa y las provincias patagónicas. Mientras que en el oeste, y sobre todo en Cuyo, se revelará el efecto contrario con lluvias mayores que la temporada 2016-2017, lo que implicará un refuerzo extra en la lucha antiluvional.


Consejos para evitar el golpe de calor


El golpe de calor se produce por la pérdida de agua y sales esenciales. Entre sus síntomas, pueden presentarse: fiebre, sed intensa, sensación de calor sofocante, piel seca, dolor de estómago, dolor de cabeza, mareos e incluso desmayo. En los bebés, también puede observarse la piel irritada por la transpiración en el cuello, pecho, axilas.


En caso de que aparezcan síntomas es importante concurrir al médico; intentar baja la temperatura del cuerpo con paños fríos o con un baño en agua helada, ingerir agua, permanecer en un lugar fresco y ventilado y no consumir medicamentos antifebriles.


Si necesariamente se debe permanecer expuestos al sol por cuestiones laborales o de turismo, las precauciones son utilizar lentes de sol, sombrero de ala ancha y protectores solares.