En los barrios humildes la principal preocupación es no llegar a fin de mes

Desde organizaciones barriales afirman que la inflación y los aumentos de precios se ubican al tope de las preocupaciones de los sectores sociales más vulnerables.


Las medidas económicas no siempre impactan de la misma forma y menos aun cuando afectan variables sensibles para la población como el caso del precio de los alimentos o del costo de los servicios públicos del gas, la electricidad o el agua potable. Del mismo modo las estrategias para afrontar esos cambios también difieren en los distintos sectores socioeconómicos.


En un estudio realizado en marzo de este año por la consultora Reale Dalla Torre, sobre los principales temas que preocupan a los mendocinos, el dato revelador es que por primera vez en la historia la inflación supera en términos de preocupación a la inseguridad.


Al respecto, la consultora mendocina Martha Reale dijo que de la investigación se desprende que el 72,9% de la población mendocina está preocupada por la inflación, con una importante incidencia del aumento de las tarifas, y que el tema de la inseguridad fue desplazando al segundo lugar del ranking con un 60,6%. Pero más allá de las cifras Reale dice que se percibe una ciudadanía muy preocupada y angustiada por la situación que genera el combo de inflación alta, aumento de tarifas y aumento de los combustibles, lo que a su vez genera clima social bastante adverso con un porcentaje de la población que se enoja con el gobierno nacional y también otro que lo entiende pero a la vez dice “yo lo entiendo, pero no me alcanza”.


De allí también que la mayor preocupación de los sectores sociales más vulnerables de la provincia pase hoy por ver cómo sobrellevar los constantes aumentos sobre el precio de los alimentos y de las tarifas de servicios. En este sentido, Adrián Bonada, referente local de la organización Barrios de Pie, afirma que a diferencia de lo que sucede en los sectores medios, donde las familias ajustan sus economías resignando algunos gastos, en los barrios más humildes la mayor preocupación es poder llegar a fin de mes.


Desde la organización barrial alertan que a la suba generalizada de precios se suma una situación de “parate laboral”, sobre todo en las denominadas “changas” (trabajos de albañilería, planchado, jardinería, pintura de viviendas, entre otros) que representan una de las principales fuentes de ingresos de las personas que viven en barrios pobres. “Cuando se aprieta el bolsillo de la clase media lo primero que estos sectores recortan es este tipo de cosas”, asegura el referente barrial y cuenta que además hay muchas personas que pertenecen a cooperativas de trabajo o que están inscriptos en programas de tipo social que viven en una permanente situación de estrés por las amenazas constantes del gobierno nacional de dejar de brindar asistencia en esa áreas.


Con respecto al tema de las tarifas, Bonada opinó que si la solución del gobierno para resolver el problema energético es sacar subsidios y trasladarle este costo a la población vía aumentos, lo único que va a lograr es un cóctel explosivo que no soluciona nada.


En ese sentido agregó: “Creo que estas medidas no hacen más que echarle nafta al fuego frente a un escenario económico donde la canasta escolar medida por la CIPPEC supera los $3.000, donde dos de cada tres menores de 17 años vive en hogares pobres y donde el 70% no termina el secundario. Después nos escandalizamos por los niveles de violencia o porque lo pibes no terminan la escuela”.