La verdadera historia de Marcos de Bake Off: un amor fallido, su relación con Christophe y la torta de Boca

El participante del programa de Telefé cuenta en una entrevista los detalles de su paso por el show, su pasión y sus comienzos por la pastelería. Además, tuvo un paso previo por la televisión.

El participante de Bake Off furor en redes habló con el medio Clarín y contó su historia de vida: su amor fallido, sus comienzos como emprendedor y su paso por el programa.

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A su corta edad de 16 años, Marcos Perren quería invitar a salir a una chica, pero no tenía plata para poder invitarle algo. Sus padres tampoco lo ayudaron mucho: "Les venía pidiendo todos los días y me cortaron el chorro", dijo en la charla a través de Zoom con Darío Doallo.

Con su carisma e irreverencia, se propuso crear su página en Facebook de pastelería, comenzó a tener sus primeras ventas y la historia comenzaba.

"¿Y qué pasó con la chica?", le consultaron. "Lo de ella quedó en nada. Nació Repostería Perren, me cambió la vida, pero nunca salí con ella. Por lo menos me motivó y gané algo que ahora es mi vida", dijo contento y contó que la chica ahora está de novia.

Con un paso fugaz como el "emprendedor" en el programa que emite Telefé y conduce Paula Chavez, Marcos no pasó desapercibido. Errores, críticas y miles de tendencias de Twitter, el joven se llevó todas las miradas y las risas de los seguidores del show y hasta la obsesión de uno de los jurados, Christophe Krywonis.

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"¿Cómo tomás los rumores de acomodo por tu relación con Christophe?", le preguntaron, a lo que contestó: "Con Christophe tenemos la relación padre-hijo. A veces nos odiamos y a veces nos queremos. También es el juego televisivo. Obvio que no está arreglado. Lo vi por primera vez en el programa y le pedí una foto. Sé que dio mucho de qué hablar nuestra relación. Hoy en día le puedo mandar un mensaje y me responde. Pasé de admirar a tenerlo como un gran referente, me gusta como cocina y su personalidad".

Su paso frente a la pantalla chica tuvo un paso previo: junto a su abuela, visitó el programa de Guido Kaczka. No tuvo mucho tiempo pero tras llevar y mostrar su merienda, Marcos se ganó una pochoclera.

"Al año siguiente tuvo revancha y volvió a ser convocado para el casting. Ahí llamó la atención con la nombrada Oreo Kinder Cake y se ganó un lugar en el certamen", cuenta la nota de Clarín. "Ahí me agarra el miedo porque yo no decoro tortas, tampoco soy pastelero profesional. La Oreo Kinder Cake sorprende para el que no sabe de cocina, pero el que sabe dice ‘esto es una pelotudez'. Ellos sí vieron mi creatividad", dijo el pastelero.

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-¿Tuviste tiempo para prepararte antes de empezar a grabar?

-No tuve tanto tanto tiempo. Y ya en el programa las pruebas creativas no las daban dos días antes de la prueba. La realidad es que no había tiempo para practicar. El programa es un desgaste físico durísimo. Se grababa todos los días. Llegabas cansado a las 8 de la noche y no daba ponerte a practicar. Lo único que hacía era ver videos en YouTube, por eso en las pruebas creativas no fallé tanto. El tema fue en las pruebas técnicas, que siempre estuve en mitad de tabla para abajo. Ahí se ve el talento real. Me di cuenta que estaba abajo en nivel con respecto a mis compañeros.

-¿Cuál creés que fue tu principal error?

-El punto débil fue la decoración, prolijidad. Si en mi casa tranquilo me cuesta mucho, en un programa, con presión y un tiempo limitado, me iba a costar el doble. Eso lo sabía. Eso se vio. Yo intentaba mejorar. El jurado me decía que mejore, pero tenía un día para cambiar. Eso la gente no lo sabe... El punto débil fue la decoración, el desconocer técnicas, por eso falle.

-Tu última preparación fue la famosa torta de Boca. ¿Tenías nervios porque era posible que te vayas del programa?

-Fue lo último que hice y personalmente, pese a ser una persona con mucho autoestima y que nunca se tira abajo, cuando me dicen que tengo que hacer una torta de tres pisos, escalonada y que pareciera que se está cayendo, yo sabía que tenía un pie afuera. Yo fui como pude a entregar mi torta, no estaba mal porque hice una torta de tres pisos y no se me cayó. Nunca había hecho algo tan alto. Eso para mí era un logro. La torta me quedó como el orto, horrible, lo único lindo es que puse a Boca en la pantalla de Telefe y eso me generó muchas cosas lindas.

-¿Quedaste conforme con la imagen que diste en Bake Off?

-A mí no me disgustó mostrar lo que mostré. Más que nada porque la pastelería no es perfecta. Muchos se sintieron identificados conmigo. Soy un pibe que recién empieza. Lo que muestro es que no todo es fácil y perfecto. Atrás de un video perfecto de 1 minuto en YouTube hay muchos errores que no se ven o se tapan con la edición. A mi me molesta tanta perfección cuando para llegar a donde llegué me equivoqué un millón de veces. Y eso es lo que quiero mostrar, que en la cocina no es todo perfecto. Que te podés equivocar, pero por eso no hay que dejar de hacer lo que a uno le gusta. Yo voy a seguir para adelante pese a que me critiquen. Si no son constructivas, las críticas me entran por un oído y me salen por el otro.

Fuente: Clarín

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