Otra vez tembló en Turquía y hay preocupación: tres muertos y 213 heridos

Las autoridades pidieron en principio a la población a alejarse del mar, pero la alarma de tsunami cesó horas después.

Dos terremotos consecutivos de magnitud 6,4 y 5,8 han dejado al menos tres personas muertas y otras 213 heridas en la provincia turca de Hatay. La zona había sido previamente devastada por dos sismos hace dos semanas, los cuales causaron la muerte de al menos 41.000 personas y más de 105.000 heridos en Turquía y Siria

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El ministro del Interior, Suleyman Soylu, ha alertado sobre la posibilidad de que haya más personas atrapadas entre los escombros de los edificios que han colapsado tras los terremotos de hoy.

Las autoridades habían pedido inicialmente a los habitantes del sudeste del país que se mantuvieran alejados de la costa de la provincia de Hatay ante el riesgo de un tsunami. Sin embargo, poco después, la alarma fue desactivada. El epicentro de los nuevos terremotos se registró en la localidad de Samandag, a unos 12 kilómetros de la costa mediterránea.

El temblor ha generado pánico entre los supervivientes, según han informado numerosos periodistas presentes en Antioquía, cerca del epicentro. En Samandag, varios edificios colapsaron, pero estaban vacíos ya que habían sufrido daños graves en el terremoto anterior del 6 de febrero. 

El presidente del Colegio de Arquitectos de Hatay, Mustafa Özçelik, declaró a la emisora HalkTV que "hay edificios derrumbados. La gente está horrorizada. Veo edificios derrumbados, pero creo que no había gente dentro".

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En Antioquía, varios edificios se derrumbaron con personas en su interior, según el alcalde Lütfü Savas. Aunque ninguno de los edificios en Antioquía es habitable desde el terremoto anterior, hay equipos de trabajo de desescombro que podrían haber sido atrapados por el desplome. Además, muchos supervivientes se reúnen alrededor de fogatas cerca de los edificios derrumbados para ayudar en la identificación de cadáveres, lo que los expone a un mayor riesgo si se produce un nuevo colapso.

El reportero del diario BirGün, Ugur Sahin, describió la situación como "terrible", con ventanas rotas que les han caído encima. "Todo el mundo ha salido de las tiendas con pánico. Con la oscuridad no se puede ver todavía qué ha pasado", agregó.


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