Elon Musk pidió un juicio político contra Donald Trump tras acusarlo de pedófilo
La relación entre Elon Musk y Donald Trump, alguna vez aliada en lo político y lo empresarial, se rompió públicamente en las últimas horas tras un cruce de declaraciones explosivas, amenazas económicas y ataques personales a través de redes sociales.
Elon Musk encendió la polémica: acusa a Donald Trump de estar en la lista de Jeffrey Epstein
La ruptura se produce en un contexto de creciente tensión electoral y dejó en evidencia un quiebre total entre dos de las figuras más influyentes del espectro conservador estadounidense.
El conflicto se hizo visible cuando Musk compartió en su cuenta de X (antes Twitter) un mensaje que pedía un juicio político (impeachment) contra Trump, proponiendo que el senador J.D. Vance lo reemplace. A esa publicación, el empresario añadió un escueto pero lapidario "Yes", que marcó su apoyo explícito a la iniciativa.
Desde entonces, la situación escaló rápidamente. Trump, en una reunión con el canciller alemán, dijo sentirse "muy decepcionado con Musk" y dejó entrever represalias inmediatas: "La forma más fácil de ahorrar miles de millones es cortar los subsidios a Elon", publicó luego en Truth Social, en referencia a los contratos gubernamentales que actualmente benefician a SpaceX y Starlink, dos de las principales compañías del magnate tecnológico.
Donald Trump despidió a Elon Musk tras su polémica gestión
Musk no tardó en responder y, fiel a su estilo, lo hizo en tiempo real. "Adelante, haceme el día", retrucó desafiante. Pero además, arremetió con una grave insinuación: sugirió que Trump podría estar implicado en los archivos aún no revelados del caso Jeffrey Epstein, el escandaloso entramado de tráfico sexual que salpica a numerosas figuras del poder global. Según Musk, esta posible conexión explicaría la "falta de transparencia" de la Casa Blanca en torno al caso.
El cruce encendió de inmediato las redes sociales, donde las publicaciones de ambos se volvieron virales. Usuarios y analistas no tardaron en calificar el episodio como una fractura irreparable entre dos referentes que, hasta hace poco, compartían una agenda común en temas clave como el escepticismo climático, la desregulación económica y la oposición a lo que ambos llaman el "Estado profundo".
La pelea, sin embargo, va más allá del plano personal: pone en juego intereses millonarios en contratos federales, así como alianzas estratégicas en la carrera tecnológica y espacial. Y también podría tener repercusiones políticas, dado que Musk había sido visto como una figura de influencia entre votantes independientes y conservadores jóvenes.