Cónclave polémico: un cardenal vetado por Francisco dijo que votará en la elección del Papa

Angelo Becciu tiene una condena por delitos vinculados a irregularidades financieras dentro del Vaticano y el Sumo Pontífice le prohibió participar del proceso de elección.

El cónclave para elegir al sucesor del papa Francisco aún no comenzó, pero ya está rodeado de controversia. El cardenal Angelo Becciu, quien fue condenado por el Vaticano a cinco años y medio de prisión por delitos financieros, afirma que tiene derecho a participar en la elección del nuevo pontífice. Su posible participación será evaluada por la congregación general de los cardenales, que comenzó sus reuniones esta semana.

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Becciu fue apartado de sus funciones en la Curia y perdió los "derechos ligados al cardenalato" en 2020, tras una audiencia con Francisco. Sin embargo, sostiene que el papa nunca formalizó su exclusión del cónclave. "El Papa reconoció que mis prerrogativas cardenalicias permanecen intactas, ya que no hubo una voluntad explícita de excluirme ni una solicitud de renuncia por escrito", declaró el purpurado al medio Unione Sarda, incluso afirmando haber sido "indultado".

A pesar de su condena, fue convocado a las congregaciones generales que preceden al cónclave, y él mismo confirmó su intención de participar en la votación. La decisión final dependerá del cuerpo colegiado de cardenales, que debe determinar si su presencia en la elección es apropiada.

La sentencia contra Becciu fue dictada en diciembre de 2023, tras una larga investigación sobre operaciones financieras irregulares relacionadas con la Secretaría de Estado del Vaticano. El caso más destacado involucró la compra de un lujoso edificio en Londres por más de 200 millones de dólares, una inversión considerada altamente especulativa y sin control sobre su gestión.

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El tribunal vaticano lo declaró culpable por malversación, ya que entre 2013 y 2014 autorizó la compra de acciones del fondo Athena Capital Commodities, lo que comprometió un tercio de los activos de la Secretaría de Estado. Además, se encontraron transferencias sospechosas, incluyendo una donación de 125.000 euros a una asociación que dirige su hermano en Cerdeña.

Junto a Becciu, otros personajes clave del escándalo también fueron condenados: el financista Raffaele Mincione, quien tuvo negociaciones con la Secretaría de Estado; Fabrizio Tirabassi, un empleado de la Oficina de Administración; y Enrico Craso, que participó en la operación. Todos ellos fueron acusados de actuar en complicidad y facilitar el desvío de fondos de la Iglesia.

Mientras tanto, el panorama sucesorio comienza a definirse. Entre los nombres que suenan con más fuerza está el del cardenal Pietro Parolin, quien ha sido secretario de Estado durante el papado de Francisco. Su perfil moderado, capaz de dialogar tanto con los sectores progresistas como con los más conservadores, lo coloca como uno de los favoritos para liderar la próxima etapa de la Iglesia.

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