Condenaron al árbitro implicado en los casos de abuso sexual a menores en Independiente

Martín Bustos recibió una condena de 12 años de prisión. Previamente, tenía otra causa por grooming.

En una sentencia emitida durante el juicio dirigido por la Fiscal Viviana Giorgi, el ex árbitro de fútbol Martín Bustos fue condenado a 12 años de prisión por su participación en abusos a menores en el Club Atlético Independiente. La sentencia, dictada este viernes, declara al acusado culpable de promoción de la prostitución agravada y otros delitos relacionados.

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Bustos, ya condenado a tres años de prisión condicional en octubre por delitos de grooming, fue declarado culpable de promover la prostitución agravada al aprovecharse de la vulnerabilidad de menores de 18 años. Además, se le imputa la sustracción y destrucción de un documento confiado a su custodia en su papel como funcionario público en dos ocasiones.

Martín Bustos fue condenado por abusar sexualmente de menores de edad en el Club Independiente. 

La condena lleva consigo la modalidad de arresto domiciliario con supervisión policial en su residencia de Trenque Lauquen, Buenos Aires. Este castigo se suma a la pena previa por grooming, donde se le acusó de hacerse pasar por masajista deportivo para cometer actos inapropiados con menores de 15 años.

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En su momento, la fiscal Luciana Vallarella detalló que Bustos, haciéndose pasar por masajista, contactó a dos menores a través de WhatsApp ofreciéndoles servicios de masajes a bajo costo. Además, les pidió que le proporcionaran contactos de compañeros y que mintieran sobre su paradero en caso de preguntas.

En su fallo, el juez Román Lanzón estableció reglas de conducta para los tres años de la pena, incluyendo tratamiento psicológico, prohibición de contacto con menores y alejamiento de instituciones deportivas con presencia de menores.

El magistrado destacó que Bustos, alquilando un departamento y desplazándose desde Buenos Aires, demostró conocer la minoría de edad de sus víctimas. El ofrecimiento de masajes, según el juez, iba más allá de un servicio terapéutico, evidenciando una intención inapropiada.

En este caso, la vulnerabilidad de las víctimas, de 15 años en el momento de los hechos, fue explotada por Bustos, quien intentó establecer un vínculo de confianza utilizando expresiones afectivas. La sentencia subraya la falta de equipamiento adecuado para masajes y la evidencia hallada al momento del arresto, que apunta a una intención clara por parte del acusado.


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