Confirmado: será más difícil obtener la ciudadanía italiana
Una decisión tomada en el Palazzo Montecitorio generó un fuerte impacto entre miles de argentinos descendientes de italianos. La Cámara de Diputados de Italia aprobó la reforma del acceso a la ciudadanía por ius sanguinis, restringiendo el derecho a tramitarla solo a hijos y nietos de italianos que no se hayan naturalizado en otro país.
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La medida, impulsada por el gobierno de Giorgia Meloni, fue avalada con 137 votos a favor y 83 en contra. Una vez publicada en el Boletín Oficial, cambiará radicalmente el panorama para los argentinos que aspiraban a la ciudadanía por línea directa con bisabuelos o tatarabuelos italianos.
El artículo clave del decreto-ley 36 es el 3-bis, que establece que el ascendiente debe haber conservado exclusivamente la ciudadanía italiana hasta el momento de su fallecimiento. De lo contrario, los descendientes quedarán automáticamente excluidos del proceso. Esta cláusula afecta a la mayoría de los inmigrantes italianos que, al llegar a Argentina a fines del siglo XIX y comienzos del XX, se naturalizaron como argentinos, imposibilitando ahora que sus descendientes obtengan el reconocimiento ciudadano.
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La normativa prevé una excepción para quienes ya hayan presentado su solicitud antes del 27 de marzo de 2025 a las 23.59 (hora de Roma). Quienes no hayan conseguido turno o no hayan completado la documentación antes de esa fecha no podrán avanzar. En redes sociales se multiplicaron los reclamos por "discriminación" y "ruptura de una promesa histórica".
El decreto contempla excepciones: los hijos menores de ciudadanos italianos podrán ser inscriptos hasta mayo de 2026 si nacieron antes del plazo, y hasta un año después del nacimiento si es posterior al 27 de marzo de 2025. Además, quienes se trasladen a Italia con permiso de residencia y vivan allí al menos dos años podrán iniciar el trámite. Abogados y legisladores analizan apelar ante la Corte Constitucional.