Viajes, sueños y misterio: la historia de la mochilera asesinada en Córdoba

Cecilia Basaldúa fue encontrada asesinada el sábado cerca de la localidad cordobesa de Capilla del Monte.

Cecilia Gisela Basaldúa, la mochilera que estaba desaparecida desde el 5 de abril último y fue encontrada asesinada el sábado cerca de la localidad cordobesa de Capilla del Monte, sufrió una muerte violenta, presumiblemente por estrangulamiento, según los primeros resultados de la autopsia.

Fuentes judiciales informaron hoy a Télam que la fiscal de Feria de Cosquín, Jorgelina Gómez, comunicó que la "causa eficiente (de muerte) no se puede determinar todavía, pero se presume que se trataría de asfixia por estrangulamiento".

Los médicos forenses también detectaron que el cuerpo presentaba "heridas defensivas en distintas partes, cuya naturaleza y extensión deben ser complementadas con estudios anatomopatológicos y químicos, entre otros", precisó el informe del Ministerio Público Fiscal (MPF) cordobés.

Basaldúa (35) fue vista por última vez el 5 de abril último en la localidad cordobesa de Capilla del Monte, en el Valle de Punilla, cuando pasó por una casa para pedir agua.

"Lo único que no se encontró es la riñonera con documentos", detalló Guillermo, hermano de la víctima

A su vez, ayer por la tarde, las amigas de la víctima difundieron por las redes sociales un video con imágenes y dichos de ella bajo el hashtag "#justiciaporcecilia".


"Salir y viajar hoy en día, cuatro años y medio después pienso que fue lo mejor que pudo haberme pasado en la vida. No creo que tengamos un sueño y al mismo tiempo no podamos cumplirlo, sería muy cruel eso", contó la víctima en ese video.

Unos días antes de que se decretara la cuarentena obligatoria por el coronavirus la joven, que desde hacía cuatro años recorría Latinoamérica "a dedo", se comunicó con su familia para contarles que había conseguido acampar en la casa de un vecino de la zona. Esa fue la última vez que tuvieron noticias de ella y el hombre quedó en el centro de las sospechas.

Cecilia, tras visitar doce países y más de cien ciudades, tenía planeado escribir un libro con las crónicas de sus viajes. Sin embargo, se podían seguir sus experiencias a través de sus redes sociales.

"Por muy bonito que pueda parecer el viajar, también es duro. Hay que estar preparado para todo lo que se ve ‘allá afuera': injusticia, ignorancia, violencia, contaminación, oprimidos, desamparados. Lo que antes miraba como por una rendija desde dentro de mi burbuja, viajando pasó a formar parte de mi vida. Latinoamérica está sangrando. Y entonces surgió la necesidad de gritar, o de ser al menos un susurro de los que no tienen voz, una ventana de lo que no se ve, y un puente de inspiración para los que quieran ir tras sus sueños o encontrar un refugio de paz interior", reflexionó Cecilia en uno de sus últimos posteos de Facebook.

Había crecido en el barrio porteño de Núñez, era cinturón negro en Taekwondo y, durante su adolescencia practicó hockey sobre patines, pero fue "escapar de la monotonía" y arriesgarse al cambio que la motivó a viajar.

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