Todo lo que debes saber para tener sexo en la ducha y muchos orgasmos

Salir de la cama y cambiar de escenario puede ser un poco incomodo, pero hay que animarse a probar cosas nuevas para que la pasión no cese.

Tener relaciones sexuales en la ducha puede ser todo un desafío. Es que, aunque el colchón y la cama sean el lugar ideal para el sexo, llega un momento en el que se vuelve una rutina. Y como ya se sabe de antemano repetir siempre la misma escena, cansa.

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Por eso muchas parejas eligen ir cambiando los escenarios y elegir la ducha es un gran paso. Pueden empezar por darse un baño, enjabonarse, mientras que a su vez se dan besos, se miman y hasta se masturban de manera intercambiada. Todo lo que conlleve a encenderse.

El repertorio de posturas dentro de la ducha claramente no es muy extenso, pero con ganas e imaginación todo se puede. Los expertos en el tema recomiendan que la mujer se ponga de frente a la pared y que él apoye sus brazos en ella, mientras la penetra por detrás. Con los cuatro pies en el suelo, nadie tiene por qué caerse.

Otra opción puede ser colocar un banquito y que el hombre se siente, mientras ella se mueve encima de él. También la pareja puede probar en hacerlo arrodillados, en la posición conocida como "perrito". Además, esta postura tan íntima hace fácil mantener el equilibro.

Una posición más arriesgada es que él puede levantarla y que ella quede encima de él en modo "koala". Entonces una vez que la levante, ella le cruza las piernas. Y por último, ya en una posición muy acróbata y pensada en gimnastas, ella puede poner su pierna sobre el hombro del chico y moverse a la vez.

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Puede que ninguna posición logre satisfacerlos, pero al menos el intento podría ser divertido y valer la pena un rato como para probar algo diferente. En caso de que no funcione, al menos pasa a ser anecdótico.

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