Taxistas y remiseros mendocinos marcharon contra Uber y Cabify

Los manifestantes entregaron un petitorio al gobernador en el que también expresaron su malestar por “los vehículos que trabajan de forma clandestina”.


Decenas de taxis y remises se concentraron ayer en el centro mendocino y marcharon hasta Casa de Gobierno en reclamo contra las plataformas Uber y Cabify.


El grupo se juntó en Mitre y Godoy Cruz cerca de las 9.30 y transitó por Patricias Mendocinas hasta la zona cívica de la Ciudad.


A los bocinazos, transitaron por todo el recorrido, entorpeciendo la circulación por una de las principales arterias del microcentro.


Minutos más tarde, la caravana llegó a Casa de Gobierno, donde los referentes entregaron un petitorio explicando la situación y expresándose en contra de “Uber y Cabify, los vehículos que trabajan de forma clandestina e ilegal”, además solicitando la modificación de la Ley de Movilidad.


“Ellos trabajan con la figura del monotributo y ocultan que son empresas de transporte pero no pagan los mismos impuestos ni tienen las mismas exigencias que nosotros”, dijeron desde Aprotam sobre las plataformas.


A pesar de la medida y del masivo acatamiento, por el centro podían divisarse autos que optaron por continuar con su trabajo y aprovechar la mañana.


Fernando Saenz, presidente de APROTAM, manifestó a Canal 7 de Mendoza: “Esta nueva convocatoria es en el marco de una movilización que se hace a nivel nacional. En todo el país nos vamos a expresar los taxistas, para terminar con los autos ilegales y para terminar con UBER y Cabify así hemos puesto y acordado a nivel nacional con estos términos”.


Luego contó cuántos vehículos clandestino hay en la provincia: “Aproximadamente somos 4 mil autos clandestinos ilegales truchos, más una nueva denominación que es el comitente determinado, que le ha permitido esta ley, en la provincia de Mendoza, que nos ha perjudicado y a desregulado toda la activad de taxis y remises y todo lo que sigue. Lo único que ha dejado es el servicio de colectivos, todo lo demás a desregulado y es una guerra de pobre contra pobre”.


Y culminó: “Después somos los taxistas los malos que no queremos cambiar las unidades y resulta que no tenemos financiaciones”.