Una estampita que diga Indio

El Indio pasó y mostró su mísitica.


La devoción generalmente se aplica a una persona que es muy religiosa y lo demuestra con sus actos. Pero por otro lado también es sentir afecto especial por una persona o una cosa.

La pregunta es, en un ámbito fuera de cualquier iglesia, religión o credo ¿se pueden unir los aspectos arriba mencionados? La respuesta es sí. Porque esa devoción es la que genera, le guste a quien le guste, el Indio Solari, que estuvo este fin de semana en Mendoza brindando un gran show.

Más de 120 mil fieles ricoteros se acercaron hasta el Autódromo Ciudad de San Martín que fue convertido en la catedral del rock del país para asistir a una nueva misa redonda.

Pero todo lo que genera el ex Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota está atado a la mística que sigue arrastrando esa gran banda nacional.  

Hay muchos que comulgan con el Indio, que viajan miles y miles de kilómetros, con familias, amigos o con compañeros de recitales para poder ver a este entrerriano de 64 años arriba de un escenario. ¿Qué ganan estas personas? Felicidad, alegría, sentir pertenencia por algo, ver que un artista puede  contagiar y trasmitir sentimientos que a veces se hace difícil de explicar.

Pero no sólo los que van al recital son los que se ven beneficiados cuando Carlos Alberto Solari monta un mega show.  Hay todo un entorno, una ciudad o varias localidades que se ven beneficiados.

En una temporada que no es considerada turísticamente alta, Mendoza tuvo lleno en hoteles (desde 5 estrellas a 1 estrella), hostel, cabañas, departamentos y hasta moteles. Varios decidieron alquilar su casa, su pieza, su living para que ricoteros paren ahí. Varios restaurantes, almacenes, kioscos, drugstores, mercaditos y bares vieron incrementadas sus ganancias por la presencia de este espectáculo.

Miles de turistas del resto del país, de Uruguay y de Chile pasearon por los distintos puntos turísticos que hay en la provincia y también dejaron dinero en esos lugares. El transporte también incrementó sus arcas.

En el predio de San Martín más de 200 puestos, oficiales y no registrados, se vieron beneficiados por las ventas de choripanes, hamburguesas, bebidas, leña, hielo, entre otros.

Muchos de estos trabajadores viajan a todos los recitales del Indio, por lo que le deben mucho al artista.

También ganaron su dinero los que vendían remeras, calcomanías, cuadros, llaveros, billeteras y todo un abanico de merchandansing con el símbolo de los Redondos o Solari.

Los lugareños también “sacaron su moneda”, con venta de alimentos, bebidas y playas de estacionamiento.

Son muchísimos los que ganan dinero gracias al fenómeno Indio. Por eso no es de extrañar que en esos “ritos paganos”, más de uno lleve una estampida con la imagen del ex Redondito de Ricota, para rezarle por pan o trabajo en cada una de las misas.