Sigue la polémica y otros curas critican al “padre Pato”

La censura del cura Jorge Gómez de Malargüe hacia el grupo “Lutherienses” primero generó polémica social y ahora implosionó  dentro de la Iglesia católica.

Luego de que el cuestionado sacerdote, asegurara que “es más grave violar la fe que la violación de una hija”, hubo réplicas desde adentro de esa institución para criticarlo. 


El más duro fue Vicente Reale, uno de los sacerdotes más reconocidos de la provincia, quien aseguró que ante los dichos de Gómez  “no puedo hacerme el distraído ni mirar para otro lado. Me han dolido y me han enfermado  hechos acaecidos en estos días aquí en Mendoza y protagonizados por miembros del clero católico”.


Reale criticó la actitud del cura del sur, sugiriendo que no obró de acuerdo a lo que manda la Iglesia. 


“Lamentable, excecrable, dislocado, paranóico e injusto lo actuado y lo dicho por el sacerdote ‘Pato’ Gómez en el festival de Malargüe. No hay posible justificación humana, ni menos cristiana, a lo protagonizado por él. Es verdad que la letra de la canción que estaba siendo interpretada hería e insultaba el sentir y el creer cristiano. Pero nadie tiene el derecho de treparse a un escenario, interrumpir un espectáculo público y lograr que los ejecutantes terminaran abruptamente su actuación”, opinó el sacerdote en una carta enviada al diario on line MDZ.


Desde la diócesis de San Rafael, de donde depende Gómez, aseguraron que por ahora no se manifestarán sobre el tema. Y que analizarán el caso luego de que el Obispo retorne de sus vacaciones. 


“No comparto la actitud y las palabras del mencionado sacerdote. Más, cuando en una entrevista radial en un medio de nuestra ciudad llegó al paroxismo de afirmar que “la canción que se estaba ejecutando era diez mil veces peor que los delitos de pedofilia cometidos por sacerdotes”. No hay palabras para esta aberrante locura. Rezo para que el padre Gómez revea su actitud y pida el consiguiente perdón público”, aseguró Reale, quien llegó a cuestionar la actitud del Arzobispado de Mendoza por la falta de convicción para rechazar o diferenciarse de los dichos del cura polémico.


“La verdad es que tengo muchas cosas en la cabeza. Desde que apareció la noticia del padre Pato y lo que sucedió en Malargüe me llamó mucho la atención que un sacerdote de la iglesia católica hiciera lo que hizo”, dijo en otra carta pública el sacerdote Rubén Laporte, párroco del barrio La Gloria, quien dijo que tuvo ganas de llorar “porque todavía algunos hermanos curas creen y se sienten con el poder de hacer y decir lo que quieren y la gente los debe entender”. 


Y solicitó que la Iglesia haga un pedido de disculpas público. “Espero que así como el vocero del obispado salió a defenderlo, cosa que respeto, también lo haya llamado para preguntarle por qué dijo lo que dijo y de paso nos vendría bien a todos como Iglesia que se pidan disculpas públicamente de lo dicho por radio”.