¿Quién cosecha la yerba del mate que tomamos?

Una investigación realizada por la periodista Isabel Carreras de Misiones revela la condiciones en las que viven los «tareferos». El trabajo fue premiado como la mejor investigación periodística del país.

Por Isabel Carreras / Antena Misiones

“No somos los más sucios, sino la mano de obra para que la
gente del campo y la ciudad tomen mate”, comenzó su relato José Barboza (48),
un tarefero que como muchos se crió en las plantaciones de yerba. Desde muy
pequeño iba junto a su padre a tarefear. Hace unos años se instaló, con su
esposa e hijos, en el barrio San Miguel de Oberá (un poblado donde habitan
numerosos tareferos). La mayoría de los trabajadores que hoy se dedican a la
cosecha son hijos de tareferos y desde niños acompañaron a sus padres al
yerbal.



 



Barboza sólo  anhela
que la sociedad sepa cómo es su trajinar y el de muchos otros obreros durante
la temporada de cosecha de yerba mate. “Viene un capataz te ofrece tarefear, te
alza en un camión, te lleva al yerbal y te tira debajo de una carpa. Nos
quedamos allá, debajo de la carpa y sin vehículo. Si algo pasa y tenemos que
sacar a la gente, no hay nada”, así describió el periplo que comienza los
lunes, antes del amanecer, porque “cuando clarea el día ya estamos en el
yerbal”.



 



-¿Y los días de lluvia también trabajan?



 



- Cuando llueve, el capataz quiere que nos pongamos a
trabajar apenas pare un poquito la lluvia.



 



-¿Va toda la familia al yerbal?



 



- Antes (se refiere a la cosecha del 2012) iba toda la
familia. Ahora está prohibido. La mujer se queda en la casa, cuidando a los
chicos para que vayan a la escuela, porque es obligatorio. No podemos sacarlos
de la escuela ni llevarlos a cortar en los yerbales.



 



-¿Y para comer descansan un momento?



 



- Depende de cómo cargamos. A veces vamos a comer a la una o
dos de la tarde. Descansamos un ratito y nos vamos de vuelta a tarefear. Para
comer hacemos un guisito de carne, un reviro o una chipa, porque el patrón no
nos da nada. Para comprar la mercadería nos lleva al mercado y después nos
descuenta a fin de mes.



 



Marly Emke también es de Oberá y trabaja junto a su esposo.
Tienen siete hijos, uno de ellos es discapacitado. Sale de madrugada de su casa
para ir al yerbal, de donde regresa después de las 22:00. Se pasa todo el día
en la plantación, donde no tiene las condiciones mínimas para asearse, cocinar
o hacer sus necesidades.



 



-¿Tienen baño y agua en el yerbal?



 



- El baño es la capuera. Agua no hay tampoco, buscamos en el
bañado o preparamos en nuestras casas un bidón y llevamos.



 



- ¿Qué comen al mediodía?



 



- Si llevamos de nuestras casas tenemos comida, sino hacemos
lo que podemos, un reviro o una chipa.



 



Trabajar de sol a sol, incluso cuando llueve, con las manos
como única herramienta, es el día a día de los tareferos durante la temporada
de cosecha de la yerba mate. La jornada es extensa; sólo hacen una pausa para
comer algo improvisado, que  cocinan
sobre el fuego hecho en la tierra. Cuando tienen sed, beben agua que alguno
pudo llevar en un bidón de plástico o bien, si tienen suerte, de una vertiente
o arroyo que haya cerca del yerbal. Tampoco cuentan con un sanitario, para
hacer sus necesidades fisiológicas o bañarse.



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