Hace 200 años San Martín era “elegido” Gobernador de Cuyo
Por Horacio Yacante
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Hace dos siglos se sellaba la unión de los destinos entre un
pueblo naciente y el héroe máximo de la independencia de Argentina, Chile y
Perú: José de San Martín. Su llegada marcó una nueva forma de entender la sed
de libertad, a través de un sistema organizado, disciplinado y sistemático, que
involucraba a cada ciudadano.
Consultado por Diario Vox, el historiador Adolfo Cueto
explicó que si bien San Martín no pisó la provincia hasta el 7 de septiembre de
1814, su nombramiento –ocurrido el 10 de agosto–, involucró una suma de
voluntades que con el tiempo se irían volcando en su contra. Su amistad inicial con Carlos María de
Alvear, sobrino del por entonces director supremo de las Provincias Unidas del
Río de la Plata, le permitió que su asignación en la Gobernación Intendencia de
Cuyo no sufriera dilaciones ni obstáculos. Estos “favores”, con el tiempo se
irían convirtiendo en reproches.
Después de la victoria del 3 de febrero en la batalla de San
Lorenzo, San Martín había demostrado tener la habilidad suficiente para hacerse
cargo de un ejército e incluso vencer con destreza a las experimentadas fuerzas
realistas, que intentaban salvar un imperio que hacía agua en todas las
fronteras.
De aquí, la esperanza de que pudiera relevar a Manuel
Belgrano en el mando del Ejército del Norte y reemprender el plan original de
llevar la libertad a Lima, a través de los territorios del Alto Perú, algo en
lo que el abogado protagonista en el movimiento de Mayo de 1810, no había
alcanzado el éxito esperado. Sin embargo, estos planes rápidamente fueron
dejados de lado, para comenzar a dar forma a lo que sería el Ejército de los
Andes, que primero liberaría a Chile, antes de llegar a su destino final, a
través del mar.
El Gobernador
Contando con la amplia experiencia militar adquirida en
Europa, enfrentándose con los ejércitos napoleónicos, San Martín supo trasladar
sus conocimientos a la actividad política y administrar un territorio cuyos
pobladores ya habían comenzado a destacarse por su pujanza y voluntad.
Si bien los gobernadores de esta época no tenían a su lado
los gabinetes de ministros y asesores propios de la época democrática, San
Martín se rodeó de expertos en distintas materias de Estado, para emplear de la
mejor manera los recursos que tenía a su disposición y favorecer el crecimiento
de la región.
Como explica Cueto, en esa época de la patria naciente, en
Mendoza confluyeron personalidades de todo el país e incluso de la vecina
nación de Chile.
Eso se tradujo en un impulso
especial a la agricultura, la industria y el comercio; difundió la
vacuna antivariólica; embelleció y extendió la vieja Alameda, y abrió canales
de riego, entre otras grandes obras.
