Aseguran que la caza en Mendoza es un problema cultural
Por Horacio Yacante
@horayacante
La Secretaría de Ambiente y Desarrollo
Sustentable junto a la Policía Rural realizan operativos de control y
fiscalización de la fauna nativa en toda la provincia, principalmente en zonas
de reservas naturales ubicadas en el sur, Valle de Uco y Uspallata. La
finalidad que persiguen es detectar y detener a aquellos cazadores que aún
persisten en la provincia y que matan animales por deporte o como una tradición
local.
Daniel Gómez, director de Recursos
Naturales Renovables, sostiene que si bien ninguna especie se encuentra en
peligro de extinción por la caza furtiva, en nuestra provincia se cuenta con
una legislación clara que prohíbe la caza de fauna autóctona. “Es un tema
cultural”, asegura el director, quien ve en estas prácticas una fuente
económica que se basa en la intervención negativa del hombre en el ecosistema.
En esta dirección, los pasados 24, 25 y 26
de octubre se realizó un operativo que permitió el secuestro de seis cueros de
zorro gris y un ave silvestre de la especie siete cuchillos, destinados al
tráfico ilegal. Además se incautaron tramperos, cañas de pesca, reflectores y
se realizaron las actas correspondientes.
Para garantizar el éxito de la cobertura,
la Dirección de Recursos Naturales ha generado un vínculo con la Policía Rural,
Policía del Aeropuerto, Gendarmería Nacional, lo que ha permitido avanzar en
los operativos de control en toda la provincia.
En el transcurso del año se han realizado
más de 800 actas, algunas con secuestro de armas y recuperación de fauna. Entre
las especies más cazadas se encuentran las aves paseriformes destinadas la
venta clandestina, los piches y en el sur el choique y el guanaco.
Rubén Coronel, jefe de la Policía Rural,
aclaró que los operativos son constantes, y se realizan con cuadrillas
compuestas por dos efectivos policiales y un inspector de la Secretaría. Una
vez que se da con la ubicación de cazadores, tanto las armas (cuchillos,
escopetas y carabinas 22) como los perros de caza son incautados, siempre y
cuando se cuente con lugar para alojar a estos últimos. También se secuestran,
aunque en menor cantidad, fusiles de alta potencia que son utilizados para la
caza de guanacos, en zonas de montaña.
Coronel, quien se encuentra a cargo de un
equipo de 175 efectivos distribuidos en todo el territorio provincial,
manifiesta que el trabajo que realizan “tiene mucho de vocación y de sentido de
la responsabilidad”, ya que en el campo hay que saber identificar entre los que
es la violación de una norma, de una necesidad.
“En Mendoza no se da el caso de cazadores extranjeros,
ya que la mayoría de los detenidos pertenecen a zonas cercanas”, explica el
comisario. Además de la pesca y la caza mal denominada “deportiva”, también
existe un porcentaje de animales silvestres que son cazados con fines de
subsistencia, principalmente por lugareños y puesteros que usan las pieles o
consumen la carne.
Gómez reconoce que algunos puesteros pueden
utilizar la carne o el cuero para su propio consumo, pero “la ley es clara y
cuando son detenidos, saben que lo que hicieron está mal”.
Desde el año 2000, Mendoza tiene prohibida
la caza de todos los animales silvestres autóctonos, aunque permite la de todas
aquellas exóticas que fueron introducidas a nuestros ambientes desde hace
décadas. De este modo, no hay restricción alguna para cazar chancho jabalí,
liebre europea y conejo silvestre.
