Robo millonario a una empresa de caudales: tomaron de rehén a la familia vecina e hicieron un boquete

Fueron más de tres horas de película para una familia en Rosario. La cifra que se llevaron aún no puede ser calculada, pero de la casa "no se llevaron nada", dijo el dueño. De película.

Durante el lunes feriado se registró un milimétrico robo a la empresa de caudales Brinks. Los delincuentes tomaron de rehén a una familia vecina, hicieron un boquete y se llevaron una cifra millonaria, pero aún incalculable.

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Todo ocurrió en Rosario, donde una noche normal se transformó en una escena de película para una familia que vive en Presidente Roca al 2700. Afortunadamente, todas las víctimas no sufrieron ni un rasguño y están bien.

A las 21.30 Guillermo Algarañaz, dueño de la casa, recibió a su hija y nietos en su domicilio. En un abrir y cerrar de ojos, dos ladrones ingresaron a la casa y alertaron desde un primer momento que "no quería robar en mi casa, sino en la empresa de caudales de al lado y que tampoco nos harían daño".

El boquete que hicieron los ladrones.

El propio Guillermo, en una entrevista televisiva con un medio rosarino, se encargó de aclarar en reiteradas ocasiones que los delincuentes tenían absolutamente "todo estudiado, nunca perdieron la calma y nos trataron bien. A nosotros no nos robaron nada de nada".

Los delincuentes esposaron a toda la familia, excepto a un pequeño de 8 años, quien quedó libre en la casa, los encerraron en una habitación, subieron el volumen del tele y comenzaron a picar la pared que daba a la empresa de caudales.

Guillermo también contó que durante el robo uno de los ladrones se acercó a él, le pidió la llave del portón y le explicó que era para escapar por ahí. "Ahí me di cuenta que ellos eran al menos cinco y que habían pensado en todo", relató.

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El boquete lo realizaron en la habitación de Guillermo. Del otro lado estaba el gran botín que buscaban. "Después de escuchar cómo picaban, escuchamos el ruido de cómo arrastraban los bolsos de plata", agregó.

Guillermo contó que fueron tres horas las que estuvieron como rehenes y que de un momento a otro dejaron de escuchar ruidos. Fue ahí cuando debió pedirle al nieto que habían dejado suelto que le desatara los tobillos. El hombre salió, no vio a los delincuentes y se dirigió a la calle, donde un taxista que pasaba por el lugar lo socorrió y llamó al 911.

"De la casa no se llevaron nada: están todos los celulares, electrodomésticos, no falta plata ni elementos personales, ni siquiera tocaron mi billetera que quedó en la mesa y con 2500 pesos. Está todo", aseguró.

Un día después del millonario robo, la empresa Brinks aún no logra determinar la suma de dinero que fue sustraída de su depósito según explicaron fuentes policiales. 

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