Quiénes no deberían recibir la segunda dosis de Sputnik V según un estudio

Según un estudio en el que participaron investigadores del Conicet y especialistas del ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires, las personas que tuvieron coronavirus y ya recibieron la primera dosis de la Sputnik V no necesitarían aplicarse la segunda dosis de la vacuna desarrollada por el instituto Gamelaya de Rusia.

Al respecto Andrea Gamarnik, jefa del Laboratorio de Virología Molecular del Instituto Leloir e investigadora superior del Conicet explicó que "Las personas que ya fueron infectadas y reciben una dosis de vacuna, están muchísimo mejor posicionadas que aquellas que recibieron dos dosis y nunca se contagiaron".

En un día Argentina recibió más de dos millones de vacunas contra el coronavirus

En declaraciones a Página 12, referentes de la investigación sostienen que "En Argentina se infectaron más de cuatro millones y medio de personas; una cifra que cuanto menos hay que multiplicarla por dos porque habría que sumar a toda la masa de asintomáticos y los que no se testearon y por lo tanto no fueron relevados por el sistema. Si se tiene en cuenta esto, habría unas 10 millones de personas que no necesitarían de una segunda dosis de Sputnik en caso de que esa fórmula fuera la que tuvieran asignada".

Según el estudio se comprobó que en individuos que previamente habían desarrollado covid, la segunda dosis no genera beneficios adicionales en relación a la producción de anticuerpos.

El estudio se realizó en un total de 289 trabajadores de salud, que se desempeñan en siete centros públicos bonaerenses. De esa población, 62 habían estado previamente infectados con Sars CoV-2. Se les extrajo muestras sanguíneas a los 21 días de la primera dosis y a los 21 días de la segunda, que posteriormente fueron analizadas en el Instituto Leloir así como también en Instituto de Investigaciones Biomédicas en Retrovirus y SIDA (del Conicet y la UBA), con el objetivo de medir la capacidad neutralizante de los anticuerpos.

En el grupo de voluntarios con infección previa la segunda dosis no produjo incrementos medibles. Estas cifras revelan lo que expresaba Gamarnik y constituyen una evidencia válida al momento, por ejemplo, de reorientar la campaña de vacunación.

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