El ministro de Salud que fue Puma y que boxeó a un árbitro de fútbol

Matías Roby es médico deportólogo; Fue jugador de rugby y llegó a jugar en el seleccionado argentino; Fue el “tordo” de muchos planteles de fútbol y por Luján no dejó un buen recuerdo.



Por Gonzalo Ruiz

El gobernador Francisco Pérez confirmó ayer que su amigo de la infancia, Matías Roby, será el próximo ministro de Salud, en reemplazo de Carlos Díaz Russo. Pérez dijo que la elección de Roby se debe a su experiencia. “Es médico y se formó como estudiante universitario trabajando en la cartera de Salud desde las zonas rurales, centros de salud, la Dirección de Atención Primaria, el CONI. Ha pasado por todas las reparticiones con una gran vocación de servicio y conozco su compromiso con la salud pública”.
Roby, amigo del Gobernador desde los 11 años cuando se conocieron en el Liceo Militar, es médico deportólogo y es una cara conocidísima en el ambiente deportivo.
El flamante Ministro de Salud dedicó su juventud a jugar al rugby. Jugó en el Mendoza RC, en el seleccionado de la Unión de Rugby de Cuyo (URC) y llegó a vestir la camiseta del seleccionado argentino de rugby. Con los Pumas disputó dos test match: en el año 92 ante España y en el 93 con Japón. Además, jugó para los Pumas en su versión de seven.
Con el seccionado de la URC fue parte de una época en la que se consiguieron triunfos que quedaron en la historia, como el batacazo ante el seleccionado de Francia, en el 92.
A partir de su vocación siguió ligado al deporte. En el mundo del fútbol es conocido por haber estado al frente del cuerpo médico de los planteles de Godoy Cruz, Independiente Rivadavia y la Asociación Atlétiuca Luján de Cuyo.
Justamente, debido a su paso por lo que fue en su momento el Violeta, se lo recuerda y no, precisamente, con mucho cariño. Es que Roby, una tarde del 2003, perdió la cordura y agarró a trompadas a un árbitro en un partido clave.
La Asociación jugaba la primera final del Torneo Argentino A ante Tiro Federal de Rosario. El partido estaba caliente, el árbitro no tenía una buena tarde y se pudrió.
En un tumulto, Roby le metió unas trompadas al cuarto árbitro, Enrique Domench, y el partido fue suspendido antes de los treinta minutos.
El doctor dijo después que el árbitro lo había agredido: “Cuando me agreden, reacciono, y de mi agresión no estoy arrepentido”.
Luján terminó perdiendo esa final y se quedó a un paso de ascender a la Primera B Nacional. Años después, la Asociación Atlética desapareció.