¿Con quién almorzó Lilita Carrió durante su estadía en Mendoza?

Además de reunirse con Cobos y Sanz, Lilita Carrió almorzó con uno de los empresarios más importantes de la provincia; Según reveló Gaceta Mercantil, durante el encuentro se generó una incómoda situación.



 



Después de presentar su libro junto con Julio Cobos y de
reunirse con Ernesto Sanz, Elisa Carrió aprovechó su estadía en Mendoza para
participar de un almuerzo con el empresario Enrique Pescarmona, que contó con
la participación de otros empresarios. Durante el encuentro, según reveló
Gaceta Mercantil, se generó una situación incómoda a partir de la figura de
Gustavo Gutiérrez, aliado de la referente de UNEN y cuyas denuncias -como las
realizadas al ex banquero Raúl Moneta- no serían de la simpatía de muchos de
los comensales.



 



"Pescarmona juntó las cabezas de muchos de quienes
reniegan de las denuncias de Gutiérrez y –según el relato de uno de los
comensales que prefirió mantener su nombre en reserva- entre bocados la propia
Carrió debió terciar en defensa de su referente local y cuestionó con dureza a
los empresarios. La situación, más allá de la incomodidad, le hizo ganar la
simpatía de Pescarmona quien, hasta ahora mismo, se había desempeñado como uno
de los voceros del modelo de la última década y uno de los soportes centrales del
chavismo, ya que tanto aquí como en Venezuela, su empresa construye obras
multimillonarias para el Estado", publicó Gaceta.



 



Hoy, con Moneta nuevamente a disposición de la justicia por
su desmanejo del Banco Mendoza, Gutiérrez se mostró exultante junto a Carrió.
De hecho, no sólo la acompañó a lugares públicos, sino que almorzó junto a ella
en la casa de Pescarmona, titular de la Corporación IMPSA. “Antes –dijo Carrió-
Gustavo me iba a buscar en grandes camionetas y me llevaba a su casa, en el
barrio más caro de Mendoza. Ahora me buscó en el aeropuerto en un Fiat Impala,
creo, todo destartalado y me llevó a su departamento alquilado. Entregó todo en
su lucha contra la corrupción”, dijo Carrió.



 



Las conclusiones a priori de los asistentes es que el
anfitrión del almuerzo de Carrió olfatea un cambio y, si bien “pone un huevo en
cada canasta”, sus preferencias por la chaqueña radicada en Buenos Aires
estarían centradas en lo que algunos testigos señalan que calificó como
“honestidad brutal”.