Sorpresivo gesto del kirchnerismo: acompañó en disidencia la reforma a la ley de DNU
En una movida inesperada, el interbloque peronista del Senado, encabezado por José Mayans, acompañó en disidencia el dictamen del proyecto que modifica la ley de Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU). La decisión, interpretada como un guiño al Gobierno, busca habilitar que el texto final se acerque a la versión "más blanda" aprobada por la Cámara de Diputados.
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Durante la reunión de la Comisión de Asuntos Constitucionales, la senadora Florencia López explicó que la disidencia fue "una estrategia para permitir el tratamiento de la versión de Diputados", que introduce un cambio clave en el artículo 3: si el Congreso no aprueba un DNU en 90 días, este pierde vigencia automáticamente. Esa modificación, sin embargo, no había alcanzado la mayoría absoluta en la Cámara Baja.
Fuentes del kirchnerismo señalaron que el movimiento responde a una iniciativa directa de Mayans, que busca garantizar algún avance antes del recambio legislativo tras la victoria de La Libertad Avanza.
La estrategia generó desconcierto en parte de la oposición. Senadores del radicalismo y del bloque dialoguista insistieron en mantener el dictamen original que ya había obtenido los dos tercios en el Senado. "Si el cuerpo insiste con esa versión, la convierte directamente en ley", advirtió Eduardo Vischi, jefe del bloque radical, respaldado por la presidenta de la comisión, Alejandra Vigo.
La normativa actual sobre los DNU fue impulsada por Cristina Fernández de Kirchner durante su etapa como senadora y consolidó el esquema presidencialista al dificultar su derogación. Con la reforma que ahora se debate, los decretos tendrían una vigencia de tres meses desde su publicación, y el Ejecutivo debería conseguir su convalidación en ambas cámaras dentro de ese plazo.
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Además, la iniciativa prohíbe que un mismo decreto abarque más de una materia, una disposición que apunta a evitar casos como el DNU 70/2023, cuestionado por incluir reformas de diverso alcance.
Aunque la firma en disidencia no implica un respaldo total, el gesto del kirchnerismo abrió una ventana de diálogo político en medio de las tensiones con el oficialismo y dejó en evidencia una maniobra parlamentaria que podría redefinir el equilibrio de poderes en la etapa final del año legislativo.
