Macabro hallazgo: hallaron muerta a toda una familia en su casa

Una escena impactante sacudió este miércoles al barrio porteño de Villa Crespo, donde una familia integrada por cuatro personas fue encontrada sin vida en su departamento ubicado en la calle Aguirre al 200. 

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Las primeras líneas investigativas sostienen como principal hipótesis un caso de violencia intrafamiliar, presuntamente perpetrado por el padre, quien fue hallado muerto con un cuchillo en la mano.

El macabro descubrimiento tuvo lugar por la mañana, cuando una trabajadora doméstica ingresó a la vivienda y, al advertir lo sucedido, alertó de inmediato a la Policía de la Ciudad. Al arribar al lugar, los efectivos constataron el fallecimiento de los cuatro integrantes de la familia y procedieron a resguardar la escena a la espera de las pericias forenses.

Fuentes policiales confirmaron que no existen elementos que indiquen un hecho de inseguridad. La puerta de entrada al inmueble no presentaba daños ni señales de haber sido forzada, lo que permitió descartar rápidamente la posibilidad de un robo. Todo indica que el trágico episodio se desarrolló dentro del hogar, sin intervención de terceros ajenos al núcleo familiar.

De acuerdo con el informe preliminar, el padre habría protagonizado el ataque en un aparente estado de alteración emocional. Fue hallado con un arma blanca en la mano, lo que refuerza la teoría de que habría asesinado a su pareja y a sus dos hijos antes de quitarse la vida.

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"La causa está en investigación, pero todo apunta a un caso de violencia intrafamiliar. No hay evidencia de ingreso forzado ni de participación de personas externas", indicaron voceros de la fuerza porteña. Hasta el momento, las identidades de las víctimas no fueron difundidas oficialmente. Se espera el resultado de las autopsias para establecer con mayor precisión el orden de los hechos y la dinámica del ataque.

Vecinos del edificio, visiblemente conmocionados, describieron a la familia como "de perfil bajo" y aseguraron que nunca escucharon ruidos extraños ni discusiones provenientes del interior del departamento. El caso vuelve a poner en foco el debate sobre los problemas de salud mental y la violencia intrafamiliar, situaciones que muchas veces transcurren en silencio y sin señales visibles para el entorno cercano.