Fernando Báez Sosa: la nueva prueba que complica a Máximo Thomsen

Un policía dijo que fue ese joven el que acusó a Pablo Ventura.

Se complicó la situación judicial de Máximo Thomsen, luego de que un policía de los que participó en el allanamiento en el que dieron con los rugbiers, haya declarado que fue ese joven el que inculpó a Pablo Ventura por el crimen Fernando Báez Sosa.

"Thomsen fue quién dijo que la zapatilla con sangre era de Pablo Ventura", expresó Mariano Vivas, policía de Villa Gesell, en declaraciones vertidas a la prensa tras su declaración en los Tribunales de Dolores.

La durísima frase con la que Santi Maratea describió a los rugbiers acusado de matar a Fernando Báez Sosa

Además, dijo que no pudo dar explicaciones de por qué no aparecía en el acta que se le habían leído los derechos y las acusaciones a los detenidos en el allanamiento: "Se cumplió con todo lo legal aquella mañana", remarcó.

Aunque por declaraciones de Ventura y suposiciones, los investigadores creían que quién entregó al joven había sido Lucas Pertossi. Pero ahora, con el testimonio de Mariano Vivas se confirmó que fue Máximo Thomsen, el acusado más complicado que tiene la causa.

Los rugbiers a poco de haber sido encontrados por la policía 

Además, cuando le consultaron cómo fue el allanamiento, el agente relató que llegaron y cuando tocaron la puerta les abrió la puerta un joven con un rodete en el pelo (Matías Benicelli).

Luego notificaron que algunos de los acusados estaban durmiendo, mientras que otros se encontraban recostados en la cama: "Ninguno se resistió a dar respuestas de a quién le pertenecía cada prenda encontrada y que utilizaron en el crimen, así como tampoco a dar sus celulares y desbloquearlos".

Un detalle que también se confirmó en el testimonio, es que la ropa manchada con sangre estaba tirada en diferentes sectores de la casa y no acumulada en un mismo sector como trascendió en un primer momento.

La indignante provocación de uno de los rugbiers a Fernando Báez Sosa cuando yacía en el piso

Se estima que, desde la detención, los rugbiers decidieron empezar con el famoso "pacto de silencio", ya que ninguno prestó declaración o dijo algo que pudiera empeorar la situación de alguno de los acusados.

Antes de Vivas, quién se presentó ante los jueces fue Ariel Pintos, titular de la Departamental Pinamar. El oficial relató cómo se diagramó el operativo para dar con el grupo de jóvenes y cómo fue el procedimiento.

"Fuimos domicilio por domicilio a lo largo de una cuadra de 120 metros y finalmente, gracias a un comentario que hizo Andrea Ranno, empleada del hotel, se pudo encontrar el chalet", indicó Pintos.

Además, señaló que primero golpearon la puerta y cuando preguntaron quién era, respondió "la Policía, salgan por favor".

"Yo estaba junto con mi compañero, el comisario inspector Segovia, vi salir a uno, a otro. Entre el cuarto y el quinto ya me di cuenta de que eran los mismos diez que habían expulsado del local bailable, por eso fue muy importante haber tenido las cámaras de seguridad de forma rápida. Por lo agresivos que eran se les impartió la voz de alto y se los obligó a tirarse al piso. Se comunicó a la fiscalía, llegó el doctor Walter Mercuri -fiscal original del caso- y personal de DDI y de Policía Científica", comunicó en el Tribunal.

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