Causa cuadernos: Clarens habló de los billetes de 500 euros y dijo dónde entregaba el dinero

La declaración se dio en el marco de la cuarta audiencia del juicio, momento en el cual se leyeron testimonios clave para la causa.

El financista Ernesto Clarens, arrepentido en la causa Cuadernos, amplió este martes su testimonio sobre la relación que mantenía con el fallecido secretario presidencial Daniel Muñoz, a quien -según afirmó- le hacía entrega de dinero proveniente de pagos ilegales efectuados por distintos empresarios. 

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Durante la lectura del requerimiento de elevación a juicio firmado por el fiscal Carlos Stornelli, Clarens recordó que Muñoz le había solicitado que comenzara a trasladar euros en billetes de 500 "porque ocupaban menos lugar", encuentros que, detalló, solían producirse en una habitación del Hotel Panamericano o en el edificio de Juncal y Uruguay, domicilio vinculado al matrimonio Kirchner.

La audiencia, realizada de manera virtual, se inició algunos minutos antes de las 14 y registró interrupciones por fallas de conectividad del Tribunal Oral Federal 7, inconvenientes que luego fueron solucionados. Desde esta semana, el proceso se desarrolla con dos audiencias semanales, los días martes y jueves, y estaba previsto continuar durante la tarde con la declaración como arrepentido del también fallecido ex secretario presidencial Fabián Gutiérrez.

En su testimonio, Gutiérrez mencionó un sector de la vivienda de los Kirchner en El Calafate que los secretarios identificaban como "el lugar donde estaba la historia": un espacio oculto en un nivel inferior donde se presumía que se almacenaban los bultos trasladados en los vuelos del Tango 01. Aseguró que las valijas con candado que llevaba Muñoz permanecían bajo su estricta custodia y eran tratadas con especial reserva en cada viaje entre Buenos Aires y Santa Cruz.

También señaló que, al llegar a la residencia, Muñoz ingresaba después del matrimonio presidencial y el personal era retirado por alrededor de una hora, dinámica que -según dijo- se repetía en la casa de Río Gallegos, donde existía un ambiente contiguo al gimnasio con características similares.

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