Cae en Perú un prófugo clave por el triple femicidio de Florencio Varela
La Policía de Perú, en colaboración con Interpol, detuvo en Lima a Matías Agustín Ozorio, de 28 años, uno de los prófugos más buscados por el triple femicidio de Brenda del Castillo, Morena Verdi y Lara Gutiérrez. El arresto se concretó este martes, luego de que el joven intentara escapar de la Justicia argentina.
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Ozorio, nacido y criado en Parque Patricios, es considerado una de las personas de mayor confianza de "Pequeño J", el joven narcotraficante señalado como autor intelectual del asesinato. Sobre él pesaba una alerta roja de Interpol, gestionada por la Fiscalía N°2 de La Matanza bajo la dirección de Gastón Duplaá.
A Ozorio se le atribuye la coautoría de un "triple homicidio agravado", con cargos que incluyen la participación planificada de varios individuos, alevosía, ensañamiento y femicidio. Las calificaciones dan cuenta de un crimen cometido con crueldad y violencia de género.
En paralelo, la Justicia decretó el secreto de sumario en la investigación tras las declaraciones de Lázaro Víctor Sotacuro y su sobrina Florencia Ibáñez ante la UFI de Homicidios de La Matanza. Ambos quedaron detenidos y fueron trasladados a distintas unidades penitenciarias.
El abogado de los acusados, Guillermo Endi, aseguró que "las declaraciones fueron excelentes" y describió que Sotacuro se encuentra "más asustado que Florencia porque la aparatología criminal lo sobrepasó". También denunció que su defendido presenta heridas en la mano: "Le pegó la Policía en La Quiaca. Son lesiones de las esposas y tiene la mano inflada", señaló, anticipando que pedirá peritajes médicos.
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Según la investigación, Ibáñez habría utilizado el Volkswagen Fox de su tío para dar apoyo a una Chevrolet Tracker, vehículo identificado en cámaras de seguridad como el que trasladó a las víctimas desde La Matanza hasta Florencio Varela, donde finalmente fueron asesinadas.
Con la captura de Ozorio, la causa da un giro clave, aunque aún resta esclarecer el rol de cada imputado y confirmar la autoría intelectual atribuida a "Pequeño J". Mientras tanto, el secreto de sumario busca resguardar pruebas y testimonios en una de las investigaciones criminales más conmocionantes del año.
