“Delta G”, el grupo estudiantes de Ingeniería que hará historia

Son 121 estudiantes avanzados de la Tecnológica que podrían recibirse juntos gracias a un programa de estímulo; Habían colgado la carrera para trabajar.

 

Por Horacio Yacante



En Twitter @horayacante



Pablo Espinoza trabaja y construye una vida. Pero tiene un
desafío personal que tiene al alcance de la mano, pero se le escapa: recibirse
de ingeniero.  Está a dos materias, que
puede ser una eternidad. “Es más que nada un logro personal, más allá del
estímulo monetario. Dos materias no parecen mucho, pero si a eso se le suma la
familia, el trabajo y otros proyectos personales, la cosa se pone cuesta
arriba”.



Algo similar le pasaba a Jorge Del Prado. Con 31 años
trabaja para una empresa de telecomunicaciones de Israel. Jorge se recibió y
notó el cambio de inmediato. “Recibirme implica un gran logro personal pero
también un avance inmediato en mi carrera dentro de la empresa, ya que gracias
al título desde este mes dejé de facturarles, para pasar a la planta
permanente”, comentó entusiasmado.



Jorge y Pablo son parte de “Delta G”. No es una logia ni una
fraternidad, sino un grupo de estudiantes avanzados de ingeniería que por
distintas razones no pudieron recibirse y que forman parte de un programa que
puede hacer historia: conseguir una camada de 121 ingenieros nuevos graduados
en la UTN casi al mismo tiempo.



Se trata de un programa nacional que apunta a ayudar con
becas a las personas que adeudan pocas materias y no se graduaron por tener que
trabajar u otras realidades. Cada becado cobra $25 mil y le ponen un plazo para
recibirse.



El plan tiene como finalidad que alcanzar la gran demanda de
ingenieros que existe en el sector productivo de Argentina. De acuerdo a cifras
oficiales, hoy se reciben 7900, un número que no alcanza a cubrir la demanda, y
que para 2016, el objetivo es lograr el promedio de un ingeniero graduado cada
4000 habitantes por año.



Para la UTN, en especial para el equipo de la Secretaría
Estudiantil, el plan se ha convertido en algo más que una simple beca, y
realizaron un trabajo de investigación que los llevó buscar los mejores
candidatos para acceder al beneficio. Fue así como crearon el equipo Delta G,
nombrado de esa manera por hacer referencia a la función matemática que supone
una “diferencia”, algo que se han propuesto como objetivo durante su gestión.



El Delta G, además de reunir a los 121 mejor calificados de
los 400 postulantes originales, tiene la particularidad de contar con un
servicio anexo de asesoría compuesto por un tutor técnico (ingeniero) y una
asistente social, para acompañar a aquellos que necesiten apoyo durante el
difícil camino de la “instancia final”.



El secretario de Asuntos Estudiantiles, Adrián Sierra
–recibido recientemente de ingeniero–, explica que entre los 121 potenciales
beneficiarios se encuentran estudiantes que ingresaron a la facultad desde 1991
y que actualmente se desempeñan en diversas empresas de Mendoza, trabajan como
docentes o incluso, llevan adelante proyectos de manera independiente.



Hasta el momento son 18 los que ya alcanzaron el objetivo y
son ingenieros. Según explican, la principal causa de deserción de los
estudiantes avanzados es que se insertan en el mercado laboral antes de tener
el título. Eso, a largo plazo, afecta la calidad de empleo de los propios
alumnos.



Pablo Espinoza está muy cerca de conseguir su sueño. Según
la planificación personal que presentó a la secretaría, en marzo alcanzará su
título de ingeniero civil, lo que le permitirá seguir creciendo dentro de la
administración pública y en su carrera privada.