(No) Te tenemos miedo

Por Ernesto RamosLa mayoría de las personas lo experimenta o la ha experimentado.



Por Ernesto Ramos

La mayoría de
las personas lo experimenta o la ha experimentado. Muy pocos dicen no sentirlo
nunca, aunque siempre depende del contexto. Sea como sea, el miedo es una
emoción que poseemos todos los seres humanos y de la que es difícil esquivarle
toda una vida.

Pero vamos
por partes y comencemos a explicar un poco qué es esto que nos da tanto temor.
Según las definiciones catedráticas, el miedo es una emoción caracterizada por
un intenso sentimiento, habitualmente desagradable, provocado por la percepción
de un peligro, real o supuesto, presente, futuro o incluso pasado. Es una
emoción primaria que se deriva de la aversión natural al riesgo o la amenaza, y
se manifiesta en todos los animales, por ejemplo el ser humano. La máxima expresión
del miedo es el terror. Además el miedo está relacionado con la ansiedad.



Claro que
muchos relacionan la palabra miedo con las películas de terror y no está nada
mal, aunque esta emoción no solamente se produce cuando uno ve un film de ese
género. De hecho en la vida misma muchas veces nos atemorizamos por cuestiones
cotidianas y no por monstruos, vampiros, zombies o cualquier demonio que ande
dando vueltas por ahí.



Pero hablemos
ahora de miedo real, éste existe cuando la dimensión del mismo está en correspondencia
con la dimensión de la amenaza. Por su parte también está el miedo neurótico
que existe cuando la intensidad del ataque del temor no tiene ninguna relación
con el peligro. Tanto el real como el neurótico, fueron términos definidos por
Sigmund Freud en su teoría del miedo.



Si tratamos
de sumergirnos en estos últimos aspectos podemos señalar que todos vemos al
miedo como un sentimiento y ni siquiera sabemos por qué lo sentimos. Es un
estado del cerebro, en el sistema neuroendocrino, que surge en determinadas
condiciones y se manifiesta por ciertas formas de comportamiento. Esta emoción
puede ser vista desde diferentes ópticas. Está el biológico, donde el miedo es
un esquema que se adapta y constituye un mecanismo de supervivencia y de defensa,
para que el sujeto responda ante situaciones adversas con rapidez y eficacia.
El neurológico es una forma común de organización del cerebro primario de los
seres vivos, y consiste en la activación de la amígdala, situada en el lóbulo
temporal. Está el psicológico, que es un estado afectivo, emocional, necesario
para la correcta adaptación del organismo, este provoca angustia en la persona.
El social y cultural, donde el miedo puede formar parte del carácter de la
persona o de la organización social. Se puede por tanto aprender a temer
objetos o contextos, y también se puede aprender a no tenerles miedo. Este
punto de vista se relaciona de manera compleja con otros sentimientos (como por
ejemplo miedo al miedo, miedo al amor, miedo a la muerte, miedo al ridículo,
entre otros) y guarda estrecha relación con los distintos elementos de la
cultura.



Claro que hay
más opciones para "caracterizar" al miedo, ya que también puede ser
visto como una emoción caracterizada por una intensa sensación habitualmente
desagradable, provocado por la percepción de un peligro, real o supuesto,
presente o futuro. Surge del instinto natural al riesgo o la amenaza, y se
manifiesta en el ser humano.



Miedos hay
muchos y para todos los gustos, o mejor dicho para todos los disgustos. Bien
podríamos hablar planteado esta nota sobre monstruos, personas, personajes u
objetos que nos ocasionar temor. Pero eso mejor lo dejamos para otra ocasión,
no queremos asustarlos.



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