"Naúfrago voluntario": la historia del ex millonario que vive aislado en una isla con maniquíes

El hombre decidió confinarse luego de perder toda su fortuna. Su perro, un barco y algunos libros, son algunas de sus pocas compañías.

Si bien hay personas que están obligadas a permanecer confinadas durante la pandemia, hay otras que eligieron ese modo de vida.

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Esa es la historia de David Glasheen, quien eligió vivir aislado por sobre todas las cosas. Él era un corredor de bolsa exitoso de Australia. En 1987, la crisis financiera le hizo perder una fortuna de casi 10 millones de dólares y quedo en total ruina. 

10 años más tarde, tras vivir en la pobreza, tomó una difícil decisión, un tanto extrema, en la que emprendió su vida entera: exiliarse en una isla desierta.

En el Parque Nacional Ma'alpiku, del Estado de Queensland, Australia, y a pocos kilómetros de Papúa Nueva Guinea, está la Isla de la Restauración, totalmente deshabitada. Ese fue el lugar elegido por Glasheen, ya que consiguió que le dieran un tercio de la isla ya que allí nunca prosperó un polo turístico que planearon. Y ahí está, desde hace ya 23 años.

Así es como el "náufrago por elección" construyó su vida: comenzó con una pequeña cabaña y ahora, con la energía de paneles solares, genera suficiente corriente para conectarse a internet. Tiene su propia huerta, cultiva sus frutas y verduras para su consumo y hasta elabora su propia cerveza artesanal. Una vez por año, con su pequeña embarcación, se acerca al continente a conseguir provisiones.

Mantiene un limitado contacto humano: de vez en cuando, recibe algunos turistas que satisfacen la necesidad de conseguir dinero para sus problemas materiales.

Esto hace que su compañía más importante sea su perro, Zeddi. Pero como esto no fue suficiente, Glasheen tuvo la necesidad de incorporar otro tipo de compañía. Así, decidió comprar dos maniquíes con características femeninas a las que vistió y bautizó como Miranda y Phyllis. 

En una entrevista reciente con el portal MailOnline Travel, Glasheen contó más intimidades: contó que tiene algunos juegos de mesa, libros y hasta una bolsa con monedas de plata, por si necesita dinero y esas "son fáciles de guardar y probablemente se apreciarán en valor también".

 "Restauración afirmó mi compromiso de encontrar una forma de vida diferente: una más allá del círculo vicioso de la presión de ganar suficiente dinero para un estilo de vida por el cual otras personas miden su valor y éxito", reflexiona en el náufrago en un libro en el que día a día construye sus memorias.

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