Se reanudó el sexto juicio contra delitos de lesa humanidad
Con el desgarrador testimonio de un sobreviviente a un mes de torturas, se reanudó ayer el sexto juicio por crímenes de lesa humanidad en la provincia, que tiene como imputados al genocida Luciano Benjamín Menéndez y a otros 27 acusados por delitos cometidos en perjuicio de 86 víctimas.
Luego del histórico fallo del miércoles que recayó con cadena perpetua sobre cuatro jueces federales de la provincia, se reanudó ayer la megacausa con un duro y único testimonio por parte de Lindor Peñaloza (79 años), quien entre marzo y abril de 1976 fue detenido, trasladado y torturado por militares y policías provinciales y federales.
Peñaloza relató que lo torturaron durante un mes desde que fue detenido ilegalmente junto a un compañero de trabajo de apellido Francalancia el 24 de marzo de 1976, en una dependencia policial del departamento de Las Heras, hechos que reconstruyó en orden cronológico.
“Dos personas con ropa de la Fuerza Aérea y pañuelo amarillo alrededor del cuello nos subieron a un auto de marca Ford, de color metálico y nos trasladaron junto a mí compañero al Liceo Militar General Espejo”, contó el testigo-víctima, en esa época jefe de la planta de saneamiento y concejal del PJ en Las Heras.
Tras pasar por el Liceo, Peñaloza y Francalancia fueron recluidos en una celda de la delegación de la Policía Federal en la capital provincial.
“Te trajeron aquí por tu inclinación política y gremialista”, le dijeron allí y tras algunas preguntas lo ataron a una silla. Entonces “el verdugo comenzó a torturarme con una picana eléctrica en los brazos, piernas y los testículos hasta que perdí el equilibrio y caí al suelo”, evocó.
Cuando se le pregunto sobre a quién se refería con el término “verdugo”, el testigo dijo que se trataba de un militar que lo torturó a lo largo de un mes, igual que a Francalancia.
Después de ese mes de detención ilegal, Peñaloza recibió en prisión la visita de su mujer y un amigo pastor evangelista y dijo que este último fue quien gestionó y logró su libertad después de hablar con el jefe de la delegación de la Policía Federal.
“Están en libertad, no hay ningún cargo contra ustedes”, recordó el testigo que le dijeron y agregó que al día siguiente se presentó a trabajar y que un comodoro de la Fuerza Aérea a cargo del departamento de Las Heras lo recibió, amenazó y obligo a firmar su renuncia sin motivo alguno.
Luego del testimonio de Peñaloza, el Tribunal dispuso un cuarto intermedio hasta el 3 de agosto a las 9.30, cuando se estima que declararán otros testigos.
