Qué es de la vida del tortugo Jorge, a tres meses de su liberación al mar
A tres meses de su liberación, el tortugo Jorge continúa escribiendo una historia de éxito y resiliencia que traspasa fronteras. Desde su regreso al mar el 11 de abril pasado, el animal marino que vivió durante 40 años en cautiverio en Mendoza recorrió más de 3.300 kilómetros y actualmente nada en aguas cálidas de Ubatuba, Brasil.
Video: difundieron cómo fueron los primeros minutos del tortugo Jorge en el mar
Su travesía no solo es seguida con orgullo, sino que también llamó la atención internacional: la prestigiosa revista National Geographic publicó recientemente un artículo sobre su caso, resaltando el valor científico y ambiental de su seguimiento satelital.
El equipo liderado por la bióloga del CONICET Mariela Dassis monitorea sus movimientos en tiempo real. La especialista explicó que el comportamiento del tortugo desde su liberación indica una excelente adaptación. "Jorge ha tenido un éxito absoluto para cumplir los desafíos que tenía. Se orientó perfectamente y presentó dos patrones de movimientos muy claros", señaló Dassis.
El primero se registró apenas abandonó Mar del Plata rumbo al noreste, y mantuvo un desplazamiento constante hasta cruzar la frontera con Brasil, lo que ocurrió el 29 de abril. "Se detenía uno o dos días en ciertas zonas, probablemente para alimentarse o descansar, y luego retomaba su viaje con rumbo firme", detalló la investigadora.
El segundo patrón surgió tras ingresar en aguas más cálidas, de entre 22 y 24 grados, donde su comportamiento cambió. Desde entonces, Jorge se mueve con más lentitud y pasa mayor tiempo en áreas específicas, lo que sugiere una estabilización de su hábitat.
Es un hecho: el tortugo Jorge finalmente fue liberado en el Océano Atlántico
"Estuvo dos semanas en Lagoa dos Patos, después se desplazó a Florianópolis y volvió al norte. En estas zonas cálidas pasa más tiempo, lo que indica que ya llegó a una temperatura adecuada para vivir tranquilo. Está completamente adaptado", explicó Dassis.
Actualmente, Jorge nada en las costas de Ubatuba, donde, según la especialista, se alimenta probablemente de cangrejos. "No podemos verlo alimentarse, pero su orientación, sus patrones de movimiento y su permanencia en el mar nos indican que se encuentra en buen estado. Si no estuviera bien, habría salido a la costa o habríamos perdido contacto", señaló.
El monitoreo, que continúa mientras duren las baterías del transmisor, se convirtió en una referencia para estudios sobre reinserción de especies marinas. Jorge no solo logró sobrevivir fuera del cautiverio, sino que también demostró que el trabajo conjunto entre la ciencia, el compromiso social y la tecnología puede dar lugar a historias con final feliz.
