Preocupa la difícil situación de productores de fruta en el Valle de Uco
La discusión sobre cómo potenciar las decaídas economías regionales ha sido un tema recurrente en la agenda de todos los gobiernos durante los últimos años. Sin embargo, cuando se analiza la realidad del sector a través de los testimonios de productores, parece que las ideas se quedaron estancadas solo en los debates. Por lo menos así lo demuestra la dura realidad que atraviesan los productores de pera y manzana del Valle de Uco, sector que en otras épocas supo ser un abanderado del entramado productivo de la provincia.
Alberto Carleti, titular de la Cámara de comercio de Tunuyán, contó que la región del Valle de Uco llegó a tener 8.000 hectáreas de peras, de las cuales hoy deben quedar menos de 1.500. Cerezas había 1200 ha y en la actualidad se redujeron a unas 600. Una disminución similar experimentó la producción de manzanas. “La actividad de la manzana comenzó a perderse hace muchos, por eso creo que a Tunuyán, que era la capital de la manzana, deberíamos cambiarle el eslogan”, dijo.
Esta situación ha ido de la mano de la pérdida de competitividad atada al aumento de los costos, el atraso en el tipo de cambio y principalmente por la pérdida de uno de los mercados más importantes que es Brasil. Esto derivó en una crisis muy grande del sector que ha llevado a muchos a arrancar sus cultivos de frutas para reemplazarlos por plantaciones de ajo. Otros también optan por rentar sus tierras para actividades de horticultura o para la producción maderera.
Pero el retroceso de la actividad no solo alcanzó a los productores sino que afectó fuertemente a toda la cadena de valor que incluye galpones de empaque, frigoríficos y una gran cantidad de mano de obra calificada. Como consecuencia, frigoríficos como Las Rosas cerraron sus puertas y el frigorífico Tunuyán presenta muchos problemas y apenas subsiste con empresas que lo ocupan para estacionar ajo y papa. A esto se suman los costos energéticos que golpean a los productores que utilizan bombas para extraer el agua y a quienes se les ha triplicado y hasta quintuplicado el valor de la tarifa eléctrica.
En el camino también se quedaron algunos aserraderos que producían los cajones de madera para el empaque. Según Carleti, esto ha provocado un gran impacto económico y social que ha empujado a una gran masa de trabajadores calificados a buscar refugio en la cobertura social que brinda el Estado.
“Hoy toda esa masa laboral busca refugio en la asistencia del Estado o en el empleo público siendo que el Valle de Uco siempre se caracterizó por ser una zona netamente productiva. Por eso cuando uno evalúa la situación ve que las entidades que más aportan en materia financiera son lamentablemente la Anses y los gobiernos municipal y provincial”, explicó Carleti.
En una entrevista realizada por el sitio Letra P, del vicejefe de gabinete de la nación, Gustavo Lopetegui, dijo en referencia a la crisis que atraviesan hoy los productores de fruta del Alto Valle de Río Negro, que deberían “usar el ingenio para mejorar la productividad y bajar los costos” y “reconvertir su finca y poner variedades de las que hoy te pide el mercado o te paga más”. Con respecto a estas declaraciones, Carleti indicó: “Los funcionarios dicen estas cosas porque tienen un desconocimiento muy grande de cuál es la realidad, no tienen idea de que existe toda una cultura del trabajo que requiere de mucho conocimiento. Cuando uno se decide por un cultivo frutícola lo hace pensando en una vida útil de 25 a 30 años. Lo que tienen que entender es que para que el sector logre cierto dinamismo se tienen que garantizarse las condiciones de rentabilidad y esa es una responsabilidad del gobierno. Pero en estos últimos años se ha hecho todo lo contrario, por eso hoy es mucho más rentable especular financieramente, como pasa con las Lebacs, que tienen un rendimiento del 28% mensual”.
El dirigente aseguró que si realmente hubiera un cambio de hábitos en cuanto al consumo de frutas podría entenderse la necesidad de tener que avanzar en una reconversión. “La realidad es que a nivel mundial cada vez se promociona más el consumo de frutas, por lo que no es cierto que haya decaído el consumo mundial de manzana y peras, por el contrario, se han incorporado otras frutas al consumo”, expresó.
Como respuesta a esta difícil situación, el gobierno provincial lanzó una línea de crédito a tasa subsidiada de $15.000 por hectárea para el sector de la pera. Sobre esta medida, que incluso fue presentada en la sede de la Cámara de Comercio de Tunuyán, su titular consideró que es una buena alternativa pero que lamentablemente el productor hoy evalúa como un riesgo tomar el crédito porque si el precio de la pera no mejora no lo va a poder pagar. “No veo medidas concretas, solo paliativos como la declaración de la emergencia por el problema climático, lo cual supone un diferimiento en los impuestos lo que no quiere decir que no se paguen. Así el productor comienza a generar deuda que si más tarde no puede cancelar le va a impedir tomar el crédito”, dijo.
“Independientemente de quién nos gobierne los funcionarios deben entender cuál es la problemática real de las economías regionales que va mucho más allá de la influencia de los factores climáticos”, sentenció el Carleti.
