Por ley, deberán poner en funcionamiento los semáforos escolares
Ayer el Senado aprobó la ley de seguridad vial para las escuelas, que contempla una serie de medidas evitar accidentes y cuidar a los niños y adolescentes a la entrada y salida de la escuela.
Se trata de la ley 8.411, que ordena que se vuelvan a poner en marcha los semáforos escolares que ya están instalados. De esta manera, se adecuarán esos elementos que quedaron obsoletos por falta de mantenimiento, con el fin de mejorar los niveles de seguridad vial de los alumnos dándole uso a esa infraestructura vial. Antes, los semáforos deben ser reacondicionados, pues en su mayoría fueron instalados en el año 2000 y nunca se usaron.
Actualmente esa infraestructura depende de la Subsecretaría de Infraestructura Escolar de la Dirección General de Escuelas. Pero con la nueva ley, propuesta por Gustavo Arenas, pasarán a manos de la Secretaría de Transporte. Los semáforos no cuentan con luz roja, por lo que deberán ser adaptados para obligar a los conductores a detenerse frente a las escuelas en los horarios de entrada y salida de alumnos. En la idea original, la intención es que los semáforos puedan ser accionados desde las propias escuelas, para que de ser necesario se regule el tránsito según la necesidad.
El tránsito en los alrededores de las escuelas es un caos, particularmente en los horarios de entrada y salida. Por eso con el programa buscan ordenar la situación, priorizando la seguridad. Ahora el Poder Ejecutivo debe promulgar la ley y hacer efectivo el cumplimiento.
La nueva norma prevé mejoras de la señalización horizontal (en el pavimento) y vertical (cartelería), que se marquen nuevamente las sendas peatonales y las líneas de detención vehicular. También deben establecerse espacios de uso exclusivo para los transportes escolares. Además obliga a realizar pequeñas obras para readecuar puentes peatonales, dársenas, reductores de velocidad y rampas para discapacitados, así como desplegar campañas aleatorias de difusión, educación y concientización vial.
Se trata de la ley 8.411, que ordena que se vuelvan a poner en marcha los semáforos escolares que ya están instalados. De esta manera, se adecuarán esos elementos que quedaron obsoletos por falta de mantenimiento, con el fin de mejorar los niveles de seguridad vial de los alumnos dándole uso a esa infraestructura vial. Antes, los semáforos deben ser reacondicionados, pues en su mayoría fueron instalados en el año 2000 y nunca se usaron.
Actualmente esa infraestructura depende de la Subsecretaría de Infraestructura Escolar de la Dirección General de Escuelas. Pero con la nueva ley, propuesta por Gustavo Arenas, pasarán a manos de la Secretaría de Transporte. Los semáforos no cuentan con luz roja, por lo que deberán ser adaptados para obligar a los conductores a detenerse frente a las escuelas en los horarios de entrada y salida de alumnos. En la idea original, la intención es que los semáforos puedan ser accionados desde las propias escuelas, para que de ser necesario se regule el tránsito según la necesidad.
El tránsito en los alrededores de las escuelas es un caos, particularmente en los horarios de entrada y salida. Por eso con el programa buscan ordenar la situación, priorizando la seguridad. Ahora el Poder Ejecutivo debe promulgar la ley y hacer efectivo el cumplimiento.
La nueva norma prevé mejoras de la señalización horizontal (en el pavimento) y vertical (cartelería), que se marquen nuevamente las sendas peatonales y las líneas de detención vehicular. También deben establecerse espacios de uso exclusivo para los transportes escolares. Además obliga a realizar pequeñas obras para readecuar puentes peatonales, dársenas, reductores de velocidad y rampas para discapacitados, así como desplegar campañas aleatorias de difusión, educación y concientización vial.
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