Murió Francesco Barbera, creador de un imperio gastronómico italiano en Mendoza
Este lunes se conoció el fallecimiento de Francesco Barbera, un emprendedor destacado que junto a su esposa, María Teresa, transformó la escena gastronómica de Mendoza. Nacido en Milazzo, Sicilia, en 1928, Barbera emigró a Argentina en busca de nuevas oportunidades.
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Fue en el emblemático restaurante La Marchigiana donde Francesco y María Teresa se conocieron. A partir de ese encuentro, construyeron una vida juntos y formaron una familia numerosa, compuesta por siete hijos. Durante décadas, dedicaron su pasión y esfuerzo a la cocina italiana, estableciendo un verdadero imperio culinario en la región.
Uno de los hijos, Beatriz, lleva adelante un restaurante en honor a su padre, llamado "Francesco". Esta decisión refleja el legado y la influencia duradera que Francesco Barbera tuvo en el mundo gastronómico de Mendoza.
La pareja regresó a Italia brevemente después de casarse en la década de 1950, pero rápidamente decidieron volver a Mendoza para continuar con su proyecto. Su visión y emprendimiento permitieron consolidar un negocio que se convirtió en una marca registrada de la comida italiana en la provincia.
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María Teresa compartió en una entrevista su experiencia y el por qué decidieron establecerse en Mendoza: "Italia no se había recuperado todavía. Llegamos y comprobamos que la gente todavía seguía comprando 25 gramos de café suelto". Esta visión de oportunidad y el amor por la gastronomía italiana fueron los pilares que llevaron a Francesco y María Teresa a triunfar en su emprendimiento.
El fallecimiento de Francesco Barbera deja un vacío en la industria gastronómica mendocina y en el corazón de quienes tuvieron el placer de disfrutar de sus platos exquisitos. Su legado perdurará como un símbolo de la pasión y el amor por la cocina italiana en la región.
La comunidad gastronómica y los amantes de la buena comida en Mendoza se unen en el recuerdo y el reconocimiento a Francesco Barbera, un verdadero referente en el ámbito culinario que dejó un impacto perdurable en la escena gastronómica local.
