Metió doblete: Sergio Marinelli fue reelecto en Irrigación

Se convirtió en el primer Superintendente de la historia en tener dos mandatos.

Este miércoles el gobernador Rodolfo Suarez le tomó juramento a Sergio Marinelli como Superintendente del Departamento General de Irrigación, para un segundo período. Se trata de la primera vez que alguien a cargo del organismo que administra el agua renueva su mandato por cinco años más.

Del actor que se realizó en el Dique Cipolletti también participaron el vicegobernador, Mario Abed; miembros del Ejecutivo provincial, legisladores nacionales y provinciales, intendentes y representantes del Poder Judicial. También se sumaron miembros del Gabinete de Irrigación, empleados del organismo, ex superintendentes, inspectores de cauce y tomeros.

Suarez destacó: "Este acto tiene un significado enorme para Mendoza por muchos por motivos. En primer lugar porque estamos hablando de una de las instituciones más importantes del sistema jurídico político de la provincia, como es Irrigación, de vieja data, de mucho prestigio y fundamental para el desarrollo. Pero también porque es la primera vez que se reelige un superintendente general de Irrigación, el 'gobernador del agua', como dicen muchos y que tiene reelección, a diferencia del Gobernador de la provincia".

Suarez, presente en la reelección de Marinelli.

 "Tener conciencia de esto es fundamental porque hoy la población vive más, hay mayor contaminación, sufrimos un cambio climático que se puede observar en todo el mundo y existe deficiencia en la infraestructura, lo que hace que se pierde agua de distintas maneras", agregó.

Y luego finalizó: "La escasez ha venido para quedarse. Es por eso que los invito a que sigamos trabajando en forma conjunta, como lo venimos haciendo hasta ahora".

Previamente, Sergio Marinelli contó que en el comienzo de su gestión realizó "un ordenamiento que se hizo con transparencia y profesionalismo. También fue importante tener un buen diagnóstico, que pasaba por dejar de ver la situación hídrica provincial como una emergencia que podía terminarse al año siguiente. Entonces nadie tomaba conciencia plena de que estamos ante un problema serio y que es un problema para el resto del siglo. Ese buen diagnóstico hizo que dejáramos de pensar en soluciones reactivas y comenzáramos a pensar en soluciones estructurales para el problema. Pero para poder lograrlo hay que tomar conciencia".

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