El duro relato de una médica mendocina recuperada de coronavirus: "Tuve mucho miedo y soledad"

Nélida González trabaja en el CIC de El Algarrobal y contó su experiencia al haber estado infectada de Covid-19.

Miedo y soledad son dos palabras que la doctora Nélida González utiliza para describir lo que sintió mientras estuvo internada por haber estado infectada de Covid-19. Y ese miedo y esa soledad es lo que no quiere para el resto de la gente, más aún sabiendo que tienen las herramientas para evitar el contagio.

Esta médica clínica es la encargada del CIC de El Algarrobal, en Las Heras, y ya recuperada de coronavirus cuenta aquí su experiencia de transitar por el periodo de la enfermedad, aún con algunas secuelas, como el cansancio y la fatiga que siente en algunos momentos del día. 

"Empecé con coronavirus el 18 de agosto. Al principio los síntomas eran pocos, pero a los 10 días empecé con dolor de pecho y dificultades respiratorias. Estuve cinco días internada por una neumonía, la pasé muy mal y fueron días muy difíciles. Logré salir de alta el viernes 11 de setiembre, así que estuve casi un mes enferma", cuenta Nélida en la puerta del CIC (Centro Integrador Comunitario), uno de los centros Covid que tiene el departamento de Las Heras.

Si bien ya está recuperada, sostiene que "ahora empecé a trabajar pero con dificultades, porque la fatiga aún persiste. Pero soy una sobreviviente del coronavirus y eso es lo que quiero compartir".

-¿Tuviste miedo?
-Tuve mucho miedo y soledad, porque es una enfermedad que te aisla y te deja sola. La gente tiene miedo de acercarse y está bien que lo tenga. Pero la soledad del hospital es lo que me ha quedado como más marcado. Si bien me atendieron de manera espectacular en el hospital El Carmen, lo mismo es esperar que venga el médico o un enfermero a verte, porque ningún familiar se puede acercar. Todo paciente con coronavirus queda aislado, y eso es lo que me quedará grabado para siempre. Es mirar la puerta y esperar que alguien entre. Eso me traumatizó mucho.

-¿Cómo lo vivió el entorno familiar?
-Fue muy difícil, porque ninguno se puede acercar. El único contacto es telefónico y notás la desesperación de la familia. Me gustaría que la gente entienda que no es fácil.

-¿Y el día después, cómo fue?
-También fue muy difícil, porque uno vive aislado y volver a la realidad cuesta. Salir y ver que la gente se comporta como si nada pasara, a mí me dolió mucho. Tenía ganas de parar a cada uno y decirle "cuidate". Todavía estoy tratando de recuperarme, quedé muy sensible.

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-¿Estás inmunizada?

-Teóricamente, porque todavía hay muchas cosas que no están comprobadas. La inmunidad dura dos o tres meses, por lo tanto todavía me tengo que seguir cuidando. Tengo fatiga; a la mañana me levanto bien, pero a la tarde ya siento el cansancio.

-Tenés la posibilidad de que la gente conozca tu historia. ¿Qué le dirías, sobre todo a los jóvenes?
-El mensaje que quiero dar es que el coronavirus existe, yo lo padecí y no es una simple gripe. En algunas personas sí puede serlo, pero en otras es muy grave. Y la única vacuna que tenemos es la prevención, nada más. Y la prevención es la que nos dicen todos los días y que sin embargo no llegamos a entender: la distancia, usar el barbijo correctamente, no asistir a reuniones sociales, lavarse las manos y aislarse cuando uno sabe que es Covid positivo.

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