La Mansión Stoppel, mucho más que un museo
Se inauguró recientemente el Museo Carlos Alonso, en un edificio que estuvo cerrado desde 1977. La casona de la avenida Emilio Civit al 348 está llena de historia y belleza. Además de poder disfrutar de las muestras que se proponen en sus dos espacios, el recorrer los pasillos, las habitaciones y subir su impactante escalera es una experiencia inolvidable.
El propietario de la mansión
Quien mandó a construir esta mansión fue Luis Stoppel. Chileno de nacimiento y de ascendencia alemana, tuvo una vida muy activa en Mendoza. Fue comerciante, terrateniente, político y tuvo una alta inserción en el mundo social de Mendoza de fines de siglo XIX y principios del siglo XX. La actividad comercial donde se destacó fue en una empresa de carruajes.
En cuanto a su actividad política, fue vicecónsul de Chile, título honorífico producto de su íntima relación con el país trasandino y Mendoza. Prestaba asilo y ayuda a todo ciudadano chileno que se encontraba en nuestra provincia. También fue concejal de la Ciudad.
La mansión
Los expertos resaltan que la casa participa de manera constitutiva en la nueva imagen de la Ciudad Nueva. Luis Stoppel estableció en la zona oeste de la ciudad su vivienda, que, en ese entonces, era escasamente poblada. Es por esta razón que debió colocar la red de agua potable. En esta zona entran en diálogo diferentes hitos modernos mendocinos: el ferrocarril, el Parque General San Martín, los portones de este mismo parque y la avenida Emilio Civit.
La vivienda se construyó bajo la tipología chalet, de 23 metros de frente por 60 de profundidad. A su vez, el terreno se constituía de 1.234 metros cubiertos y 2.000 de jardines, donde se comunicaba la actual Av. Emilio Civit con la calle Julio A. Roca. La obra comenzó hacia 1910 y se inauguró en 1912.
A través de una reja, se dividía el espacio público del privado, y a la izquierda se encontraba el ingreso para los carruajes y los novedosos automóviles.
La fachada presenta dos imponentes palmeras y vegetación racionalmente ubicada a ambos lados del sendero de acceso. El edificio, de dos pisos, se encuentra sobreelevado, lo que le otorga un carácter solemne a la edificación. El ingreso está enmarcado por dos pares de columnas y a su vez está avanzado sobre el hall, que se libera hacia los laterales, con un movimiento curvo hacia la vegetación.
En el piso superior, se repite la misma solución tripartita, pero más sobria y retraída. Finalmente, la fachada se corona con una cornisa superior con modillones curvos, que se continúa con el diseño de la reja, que se completan con dos jarrones franceses.
El interior se establece a través de un centro neurálgico donde comunica la planta baja, el primer piso y la azotea, de donde se origina un potente ingreso lumínico. Alrededor de él se establecen en planta baja cinco habitaciones y otra serie de habitaciones.

En la planta superior, que se accede a través de una escalera, se repite el mismo diseño, donde las habitaciones se colocan alrededor de este centro.
Este edificio está realizado con un mampuesto de hormigón y estructura de hormigón armado. Esta solución se resuelve como una de las propuestas más novedosas en cuanto construcción antisísmica.
El Museo Carlos Alonso ofrece dos espacios con características arquitectónicas muy diferentes. La Mansión Stoppel propone un viaje al pasado mendocino, al lujo de antaño y el nuevo edificio, una mirada hacia el futuro, parados en un presente, en el que podemos disfrutar del inmenso talento de nuestros artistas plásticos.
